El directivo de Renault sospechoso de espionaje pone una denuncia por calumnias

Efe

ECONOMÍA

Su abogado argumenta que «no hay ningún elemento» para poder reprocharle haber entregado secretos industriales, por lo que las sospechas que recaen sobre él «no están fundadas».

19 ene 2011 . Actualizado a las 20:29 h.

Uno de los tres ejecutivos de Renault sospechoso de vender secretos industriales del coche eléctrico desarrollado por esa marca francesa presentó hoy una querella por calumnias.

El abogado de Michel Balthazard señaló a la emisora de radio France Info que su cliente, quien recibió una carta de despido por «falta grave y flagrante a las obligaciones de confidencialidad y de lealtad», ha decidido «emprender todas las acciones judiciales contra las personas y actos que han atentado contra su honor».

El letrado Pierre-Olivier Sur indicó que la denuncia se ha presentado ante la Fiscalía de París y aseguró que «no hay ningún elemento» para poder reprochar a Balthazard haber entregado secretos industriales, por lo que las sospechas que recaen sobre él «no están fundadas».

El fabricante automovilístico francés presentó el 13 de enero una denuncia ante la Justicia gala por «espionaje industrial, corrupción, abuso de confianza, robo y encubrimiento cometidos en banda organizada».

Este procedimiento por el presunto caso de espionaje relacionado con su proyecto de vehículos eléctricos tiene lugar, según la empresa, después de haber descubierto «hechos graves que han perjudicado a la compañía, en particular a sus activos estratégicos, tecnológicos e intelectuales».

El grupo no interpuso la denuncia contra nadie en particular (contra «x», según la práctica judicial gala) y se limitó a precisar en un comunicado que el caso está en manos del fiscal de París, «que a partir de ahora puede confiar a los servicios competentes la tarea de realizar las investigaciones necesarias».

El diario «Le Figaro» reveló este mes que la supuesta red utilizó una cuenta bancaria en Suiza y otra en Liechtenstein, con 500.000 euros y 130.000 euros, respectivamente, e indicó que el dinero procedía de la China Power Grid Corporation, un gigante de la distribución eléctrica con base en Pekín.