Ajenos al cruce de acusaciones de sus Gobiernos, los bancos centrales del G-10 (EE.UU., Canadá, Japón, China, Francia, el Reino Unido, Italia, Holanda, Suecia, Suiza y Bélgica), reunidos en Basilea, negaron -por boca de su portavoz, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet-, que sus políticas monetarias persigan depreciar las divisas.