El contrato para el «Blue Arrow», que ya se encuentra atracado en Vigo, inyectaría entre 10 y 15 millones
06 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El necesario aval de 21 millones de euros del que, a corto plazo, depende el futuro del astillero vigués Factorías Vulcano para continuar la construcción de un buque sísmico numerado como el 533 (que opera en zonas oceánicas para detectar bolsas de gas y de petróleo), condiciona otro contrato hasta ahora desconocido. Y es que la concesión definitiva de esa garantía de cobro por parte de Pymar, de la que la Xunta está dispuesta a aportar 16,7 millones de euros, es lo que está esperando la naviera nórdica Rieber para negociar con Vulcano unas modificaciones del casco y de la cubierta en otro barco de similares características, el Blue Arrow, una reparación que aportaría al astillero una inyección de entre 15 y 20 millones de euros.
El buque que podría pasar a engrosar la carga de trabajo para el astillero es una nave gemela al 533, construido inicialmente en Factorías Juliana, filial de Vulcano en Gijón, y que fue terminado en Vigo. Con todo, también falta por incorporar el costosísimo equipamiento de la nave (unos 30 millones más), cuyo formato y potencia son celosamente guardados por la empresa armadora en aras de evitar el espionaje de otros competidores.
Instalación de maquinaria
Según fuentes de Vulcano, el contrato que ahora se encuentra supeditado al aval de Pymar incluiría también la instalación en la nave de todo el complejo equipamiento sísmico que llevan a bordo estas unidades, que suelen trabajar para la industria petrolífera buscando fuentes energéticas en zonas remotas. Habitualmente, estos buques incorporan la más avanzada tecnología y tienen como pieza central un gran cañón que emite hacia las profundidades marinas ondas de sonido que rebotan en los elementos que encuentran a su paso, para localizar los yacimientos. Estos datos se registran en un lenguaje numérico en un mapa de la zona que se está investigando, que luego se traduce a imágenes de ordenador.
El buque en cuestión, de casi 110 metros de eslora y con un coste de fabricación de unos 100 millones de euros, se encuentra en estos momentos atracado en un muelle vigués a la espera de que se resuelva la compleja situación financiera que rodea a Vulcano, la cual inevitablemente pasa primero por la concesión del aval en la nueva reunión de la comisión ejecutiva de Pymar -una sociedad privada, participada por los astilleros, el Ministerio de Industria y las comunidades con industria naval- que está previsto que se celebre el próximo miércoles en Madrid.