La Reserva Federal se prepara para poner otra vez en funcionamiento la máquina de imprimir dinero

Paco G. Paz WASHINGTON/EFE.

ECONOMÍA

Hoy anunciará un plan de adquisición de bonos que podría alcanzar el medio billón de dólares

03 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Reserva Federal comenzó ayer una reunión de dos días en la que discutirá y aprobará un gigantesco plan de estímulo monetario, pese a que muchos expertos han advertido de sus posibles efectos negativos. Los detalles específicos del programa se darán a conocer hoy, en un comunicado que también recogerá el diagnóstico de la economía. No obstante, la prensa económica y los mercados han anticipado ya los detalles de esta actuación monetaria poco convencional, y que consistirá en un plan de compra de bonos del Tesoro por importe de entre 100.000 y 500.000 millones de dólares, que se desarrollará entre los próximos seis y nueve meses.

Josh Shapiro, el economista jefe de la firma MFR, explicaba ayer en Marketwatch, portal de información financiera, que el objetivo de la medida es bajar los tipos de interés a largo plazo, aunque considera que en estos momentos «no suponen un obstáculo para el crecimiento». «Si la idea de este plan es rebajarlos aún más, realmente no sé qué van a conseguir», apunta el economista. Para el economista Tony Crescenzi, de la firma financiera Pimco, la Fed defraudará a los mercados si lanza un programa de compra inferior a los 300.000 millones de dólares.

La Reserva Federal ya recurrió a ese estímulo monetario a comienzos del 2008 cuando adquirió unos dos billones de dólares en bonos del Tesoro. El objetivo de tal acción es aumentar los precios de la deuda de entre dos y diez años, y reducir en paralelo la rentabilidad, que se mueve de forma inversa al precio. El rendimiento de la deuda se toma como referencia para los préstamos a largo plazo, de manera que si se reduce, ello suele animar a las familias a gastar y a las empresas a invertir, pues abarata la financiación.

La idea es que este aumento de inversiones y gastos estimule la recuperación económica iniciada a mediados del 2009, después de la recesión más profunda y prolongada en Estados Unidos desde la década de los treinta. La Fed necesita actuar rápido, pues el país está creciendo a una tasa anual del 2%, y se calcula que para generar empleo debe hacerlo al 5%.

Paro elevado

En la actualidad, el paro está en el 9,6%, una cifra alta en un país donde no existe una gran cobertura para el que no tiene trabajo. Además, la inflación se mantiene por debajo del 2%. Incluso hay riesgo de una caída de precios. La deflación tiene efectos perniciosos en la economía, porque la perspectiva de un descenso paraliza totalmente el gasto en consumo.

Pero los expertos no están del todo convencidos de la iniciativa que va a anunciar la Fed, que se denomina en inglés Quantitative Easing (expansión cuantitativa) y que pocas autoridades monetarias han probado en el pasado, salvo la propia Reserva Federal y el Banco de Inglaterra.

En la práctica, advierten los expertos, la aplicación de esta medida es como darle a la máquina de imprimir billetes, es decir, aumenta la masa monetaria en circulación y puede llegar a generar una gran inflación. En principio, esta anima a los consumidores a gastar, porque piensan que si esperan subirán aún más los precios, lo que puede suponer un estímulo económico. Pero el verdadero riesgo es si la inflación se desboca y este efecto acaba generando burbujas especulativas, lo que dañaría a la economía.