Las cajas gallegas dejan en manos de 320 asambleístas el futuro de la fusión

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Los estatutos de Caixanova obligan a la unión a tener más síes que los exigidos en Caixa Galicia

18 oct 2010 . Actualizado a las 13:50 h.

En las manos de 320 ciudadanos queda esta tarde la mayor operación económica que se ha vivido en Galicia, el proceso de fusión de sus dos cajas de ahorros, una integración que mueve más de 90.000 millones de euros en volumen de negocio y que afecta directamente a 3,1 millones de clientes repartidos por hasta una docena de países. Casi nada. Las asambleas de Caixa Galicia y de Caixanova abordan esta tarde (18.00 horas, primera convocatoria, 18.30 en segunda), en apenas 12 puntos, la alianza gallega, con el nombramiento de los nuevos órganos de dirección, el balance económico conjunto y los estatutos de la entidad.

En principio, y atendiendo a todos los precedentes en España, la cita debería ser un mero trámite porque las direcciones de las dos entidades ya han dicho que sí en dos ocasiones. Primero en agosto, con la aprobación del protocolo de fusión, y luego en septiembre, con el proyecto definitivo. Solo hay un caso negativo: la alianza vasca Kutxa-BBK fracasó por apenas media docena de votos. Fue en el 2008 y la situación, entonces, no era la actual, con el Banco de España y los mercados internacionales apretando para sacar del hoyo a la economía española.

La operación, que tiene el visto bueno de los supervisores (Banco de España y Xunta), y que pasó con holgura los test de estrés europeos que suspendieron otras uniones, tiene hoy su última cita antes de su inscripción final en el Registro Mercantil, algo que debería suceder, como muy tarde, en la segunda quincena de noviembre.

¿Quiénes son esos 320 miembros de las asambleas, 160 en cada una? Una representación heterogénea de Galicia, con casi un centenar de entidades locales representadas (entre diputaciones y ayuntamientos, varios de ellos de fuera de la comunidad y algunos con más de un representante), 128 clientes, 46 organizaciones sociales o 32 empleados. Con todo, el nombre exacto de los integrantes no se sabrá hasta este mediodía, cuando se den a conocer en los consejos de administración. Las cartas a los 320 se remitieron hace más de un mes, pero hay vacantes desde la última asamblea: 7 en Caixa Galicia, mientras Caixanova no ha facilitado la cifra.

Las citas son en los centros culturales centrales que las dos cajas tienen en A Coruña y Vigo, a una misma hora y, además, con un esquema idéntico, hasta en el cierre a cargo de sus presidentes, que serán, además copresidentes de la nueva firma. Son 12 puntos, con tres de ellos (5, 6 y 7) esenciales, porque son los que abordan la aprobación del proyecto de fusión (con los estatutos), la propia alianza y los nuevos órganos de gobierno. A esta cita no se llevan desinversiones (por valor de 12.900 millones de euros) o el nombre comercial que tendrá la entidad. Tampoco hay un punto relativo a intervenciones públicas.

Votación distinta

Aunque el esquema es idéntico, el sistema de votación es diferente, porque así está recogido en sus estatutos. En ambas es necesaria la presencia de dos tercios, es decir, que acudan al menos 107 miembros. A partir de ahí cambia. En Caixa Galicia es suficiente con que la mitad más uno ratifiquen la alianza. En Caixanova se exige un peso mayor del sí: al menos dos tercios de los presentes. En esta entidad tienen especial relevancia el Ayuntamiento de Vigo y las diputaciones de Ourense y Pontevedra, como entidades fundadoras, que Caixa Galicia suprimió hace bastantes años.

Solo UGT y la CIG han anunciado su voto contrario, aunque no por la fusión en sí, sino por aspectos colaterales (pacto laboral o posible entrada de capital privado). Suman 4 representantes por asamblea, insuficientes para tumbar una alianza que ha tardado más de un año en fraguarse y que llega ahora a término.