Una consultora concretará el nombre de la nueva caja gallega, que llevará explícito su origen

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Las asambleas de la fusión serán el 18 de octubre, y precisará más síes en Caixanova

16 sep 2010 . Actualizado a las 03:03 h.

El nombre comercial con el que se conocerá a la nueva caja gallega en sus más de 800 oficinas, en todas sus comunicaciones y productos y en una docena de países es una decisión estratégica que se concretará con una consultora, según explicaba ayer fuentes de las entidades. La decisión de contratar a una agencia externa está ya decidida, pero no cuál será ni los requisitos y pautas que se le pondrán para llegar a esa denominación.

Lo único claro es que la marca tendrá que invocar la procedencia gallega de esa financiera. ¿Cómo? Llevando el nombre de la comunidad o gentilicio, empleando el idioma gallego... Las marcas Caixanova y Caixa Galicia cumplen con esos requisitos, pero están descartados, al igual que sus logos. La máxima es nueva caja, nuevo nombre, nueva imagen.

Quien será el copresidente primero de la fusión, Julio Fernández Gayoso, ya adelantó esta semana que la entidad ha de llevar una marca «innovadora, breve y gallega».

Ese identificador quedará para más adelante. Lo próximo, además de la mesa laboral que hoy se cita de nuevo, serán las asambleas. Los 160 integrantes de las de Caixa Galicia y Caixanova (idéntico número en ambas) están ya convocados para el próximo 18 de octubre para abordar y aprobar la mayor operación financiera de la historia de la comunidad. Las dos entidades comunicaron ayer la celebración de esas citas, un lunes, a la CNMV. Se lleva el proyecto de fusión con los nuevos estatutos y la designación de vocales (11 por cada firma) del consejo de administración.

Convocatoria idéntica

Las asambleas de A Coruña y de Vigo serán el mismo día y a la misma hora (seis de la tarde) y con un mismo orden del día, que cierra el presidente de cada caja. La convocatoria es idéntica hasta en su grafía.

Sin embargo, el sistema de votación en una y otra es diferente, según indican sus estatutos. Coinciden en que, de entrada, para que pueda celebrarse la asamblea han de acudir al menos dos terceras partes de los consejeros; es decir, 107 miembros como mínimo. A partir de ahí, el número de votos para aprobar la fusión es mayor en Caixanova que en Caixa Galicia. En la primera es necesario el sí del 66,6% de los presentes; en Caixa Galicia, basta con la mitad más uno. Un ejemplo: si acudieran los 160 convocados en cada asamblea, en Caixanova se precisarían 107 votos favorables, por 81 en Caixa Galicia. Es decir, un 25% más de apoyo a la unión en Vigo que en A Coruña.

¿Es posible que se tumbe la fusión? Es difícil, pero hay un precedente: la unión vasca Kutxa-BBK, en el 2008, no salió adelante por media docena de papeletas. En el caso gallego, solo los sindicatos (16 sobre 160 consejeros) han dicho que votarán en contra si no se firma antes el pacto laboral.