La grandes decisiones de la nueva caja precisarán el aval del 75% del consejo

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Los estatutos de la entidad única gallega recogen expresamente que el presidente no tendrá funciones ejecutivas

14 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las grandes decisiones estratégicas que tenga que abordar la nueva caja gallega tendrán que llevar el visto bueno de tres cuartas partes de su consejo de administración. Es decir, contar con el 75% de los votos de ese órgano. Esa es una de las condiciones que recogen los nuevos estatutos de la Caixa de Aforros de Galicia, Vigo, Ourense e Pontevedra (el nombre comercial está sin cerrar), un documento aprobado por Caixanova y Caixa Galicia la semana pasada y depositado en los registros mercantiles de A Coruña y Pontevedra.

El consejo de la nueva entidad estará formado, hasta el otoño del 2013, por 22 miembros, 11 de Caixa Galicia y otros tantos de Caixanova, con dos copresidentes. Hasta la primavera del 2012, el copresidente primero será Julio Fernández Gayoso, de Caixanova; a partir de entonces, durante otros 18 meses, Mauro Varela, de Caixa Galicia. Tendrán voto de calidad en caso de empate. Sin embargo, hay una batería de decisiones para las que ese voto particular no tendrá utilidad porque se precisa una amplia mayoría, una cláusula incluida para propiciar el mayor acuerdo en el consejo.

Entre esas decisiones que necesitan el 75% del consejo están la modificación de los estatutos, el nombramiento de presidentes y vicepresidentes, la aprobación del presupuesto y el plan estratégico; el nombramiento y cese del director general; y la aprobación de inversiones y desinversiones esenciales.

A partir del 2013 habrá elecciones, y ese órgano lo formarán 25 miembros, ya con limitaciones de edad y de formación que se recogen en los estatutos, junto a otros asuntos:

EL PRESIDENTE

El documento ya aprobado incluye explícitamente que el cargo de presidente no conlleva funciones ejecutivas. Es una novedad que no figuraba en los estatutos de Caixanova (donde sí ejercía) ni de Caixa Galicia. Quiere decir que no podrá participar, por ejemplo, en los comités de dirección. Sus funciones se ceñirán más a ser el primer representante de la financiera. El grueso de la tarea diaria recae en el director general (con una edad máxima de 65 años, otra novedad), su adjunto ejecutivo y el resto de la alta dirección.

Durante el período de transición de la fusión convivirán dos copresidentes, cuya función también será no ejecutiva, como también se recoge. Dentro de 36 meses, superado ese plazo y celebradas elecciones, el presidente resultante no podrá tener más de 70 años ni ostentar cargo político. Incompatibilidades idénticas para el resto de consejeros.

ASAMBLEA

Durante el período de transición se mantendrán las dos asambleas actuales, que se suman para formar una de 320 miembros. A partir del 2013 se pasa a 160, con elecciones. Dieciséis de ellos (el 10%) se los reparten el Concello de Vigo y las diputaciones de Ourense y Pontevedra. Se ha calcado para la nueva caja la distribución de Caixanova, entidad de la que son fundadoras esas tres Administraciones.

CAPITAL PRIVADO

Los estatutos de la nueva caja reservan un punto a las cuotas participativas, es decir, a la entrada de capital privado (similar a los accionistas) siempre que lo apruebe la asamblea. Es una nueva decisión amparada por la norma estatal (la Lorca). Aquellos que compren cuotas tendrán puesto en la asamblea de 160 miembros y podrán llegar al consejo.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA

Los estatutos regularán el funcionamiento de la nueva caja (aprobación de inversiones, obra social...), pero todos los puntos relativos a elecciones, nueva asamblea, consejo de 25 miembros... quedan en suspenso hasta el 2013, porque los actuales órganos de gobierno de las dos cajas quedan blindados hasta esa fecha por una disposición transitoria única que se incorpora como final de los estatutos. En ese punto se deja constancia del equilibrio entre Caixa Galicia y Caixanova en el gobierno de la entidad.