Convencidos de su ineficacia para solucionar los problemas del mercado laboral español (frenar la sangría de empleos o eliminar la temporalidad) todos los grupos lanzaron sus dardos. De «oportunidad perdida» la calificaron Unión del Pueblo Navarro y CiU, mientras que Nafarroa Bai sostuvo que «simplemente dibuja un abaratamiento del despido». En el mismo argumento abundó la portavoz de UPyD, Rosa Díez, al tacharla de «chapuza» y un «fraude más» del PSOE, que «engaña a los ciudadanos» porque abarata el despido no solo de los nuevos contratos, sino también de los antiguos con la extinción por causas económicas. Coalición Canaria, al igual que el PNV, subrayó que la nueva legislación «no gusta ni a empresarios ni a sindicatos ni a ninguna de las fuerzas políticas»
La izquierda
Desde el BNG, Olaia Fernández Davila habló del «momento vergonzoso» que supone la aprobación de la reforma laboral «peor de todos los tiempos de la democracia». Los portavoces de IU-ICV y ERC, Joan Herrera y Joan Tardà, dieron una vuelta más de tuerca y, además de incidir en lo que la reforma supone de sumisión a las tesis de la derecha, hicieron un llamamiento a la huelga general. «Hoy tenemos la oportunidad, y el día 29 la exigencia, de conseguir que el Gobierno rectifique la política más injusta, insolidaria e insostenible de las últimas legislaturas», afirmó Herrera, mientras que Tardà sentenció que «solo nos queda la movilización, hay que salir a la calle».