Industria podría aprovechar el alza del gas en octubre para subir la luz

M.?J. Alegre MADRID/COLPISA.

ECONOMÍA

El aumento del déficit tarifario y del coste de la energía aumentan la presión para revisar la tarifa eléctrica

06 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los recibos de la luz y del gas se podrían encarecer este otoño. El 1 de octubre es la fecha clave. Ese día entrarán en vigor los nuevos precios trimestrales para los consumidores domésticos de gas, que podría coincidir con el inicio de la escalada de la luz si el Gobierno decide levantar la congelación provisional todavía en vigor, a la vista de las dificultades de alcanzar un consenso con el PP.

Las negociaciones del pacto sobre energía han encallado, y las dos partes han desistido de convocar las reuniones técnicas que se venían celebrando. Mientras, el encarecimiento de la energía en el mercado mayorista ha disparado el déficit tarifario, y la presión que ejercen las compañías eléctricas para recuperar cuanto antes sus costes de generación se agudiza. Por añadidura, Gas Natural Fenosa tendrá que repercutir en el precio del gas, al menos en parte, el impacto del arbitraje que le impone pagar más a Sonatrach, con carácter retroactivo, por los suministros que recibe desde Argelia. Todo apunta a que ese sobrecoste, calculado en 1.500 millones desde el 2007, no recaerá de partida en los usuarios domésticos, pero sin duda supondrá un recargo en el gas que queman las centrales que generan electricidad mediante ciclos combinados.

En octubre toca una nueva revisión de la tarifa de último recurso (TUR) del gas, que se aplica a los 7 millones de consumidores que no han accedido al libre mercado. De ellos, 3,6 millones soportan la T1, al hacer un uso escaso de este combustible, mientras que 3,4 millones, con un consumo más elevado, están bajo la cobertura de la T2. La tarifa regulada del gas lleva dos subidas consecutivas notables: en abril, su tramo variable -marcado por el precio de la materia prima, los fletes y el tipo de cambio euro-dólar- se encareció en un 4,1% en el caso de la T1 y en un 3,6% la T2. Más acusada fue el alza de julio, del 7 y el 8%, respectivamente, que coincidió con la subida del IVA.

Escalada de costes

Mientras eso sucede con el gas, el recibo de la luz está congelado. La revisión que hubiera debido producirse el 1 de julio no tuvo lugar, al anunciar el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, que la dejaban pospuesta hasta concretar un pacto sobre la energía que lleva meses «en la cocina» y que cada vez parece más alejado. Ni el PP quiere comprometerse con la subida de la tarifa ni el PSOE se muestra dispuesto a reconsiderar el plazo de cierre de la nuclear de Garoña. Las dos partes descartan la posibilidad de alcanzar un consenso. Además, Industria quiere aprobar la revisión trimestral de la tarifa de último recurso (TUR) -ahora semestral- con el fin de acercarla a los precios de energía y ofrecer a los consumidores «señales» que incentiven el ahorro energético.

Pero los precios del mercado mayorista de la electricidad han vuelto a repuntar, lo que introduce más presión para la revisión de la tarifa a la que están acogidos 26 millones de consumidores, entre hogares y pymes. Si el Gobierno persiste en su propósito de establecer una revisión trimestral de la TUR, conformada por dos elementos, los peajes y el precio mayorista, la fecha del 1 de octubre lo colocará ante un serio dilema. Porque los llamados peajes recogen, entre otros elementos, la compensación de un déficit eléctrico que sigue disparado -2.256 millones de euros hasta junio- y un precio de mercado que en agosto alcanzó los 46 euros por megavatio, un nivel desconocido desde el arranque del 2009.