Bruselas investiga a IBM por vulnerar las normas europeas de competencia

Juan Oliver BRUSELAS/LA VOZ.

ECONOMÍA

Cree que impide a otras compañías desarrollar programas para sus grandes computadoras

27 jul 2010 . Actualizado a las 03:17 h.

La Comisión Europea abrió ayer dos investigaciones contra IBM porque sospecha que la multinacional estadounidense de la informática ha incurrido en varias prácticas anticompetitivas en el mercado de las grandes computadoras industriales. Según explicó la Comisión en una nota, IBM habría vulnerado las reglas en dos formas: primero, al impedir que se use en las máquinas adaptadas a su sistema operativo, que en la práctica monopoliza el mercado, el software desarrollado por empresas de la competencia. En segundo lugar, poniendo trabas para que sus clientes acudan a otras compañías para obtener servicios de mantenimiento y reparación de esas computadoras.

Los grandes ordenadores y servidores centrales, conocidos con el término inglés de mainframes, son potentes equipos empleados por empresas y Gobiernos para gestionar datos, operaciones y redes informáticas a escala industrial. Según la Comisión, ese mercado mueve cada año en el mundo más de 8.500 millones de euros, de los que cerca de 3.000 millones corresponden al espacio económico europeo. IBM es uno de los principales fabricantes de mainframes, y su sistema operativo es, como el Windows de Microsoft para los ordenadores personales, el más utilizado del mundo.

Denuncia

La primera investigación contra IBM se inició a raíz de una denuncia de las compañías T3 y Turbo Hércules, proveedoras de programas capaces de funcionar con el sistema operativo IBM en ordenadores de la competencia. Según la Comisión, ambas compañías alegaron que IBM había vinculado la venta de sus ordenadores y su sistema operativo a la adquisición de aplicaciones propias, cerrando el mercado «a los proveedores de tecnología de emulación que podrían permitir a los usuarios ejecutar aplicaciones en ordenadores no IBM».

El segundo expediente se abre iniciativa de la Comisión, que cree que la empresa ha ralentizado y dificultado el suministro de piezas de recambio y de las aplicaciones necesarias para que otras compañías puedan encargarse del mantenimiento de sus equipos, para hacerse también con el monopolio de esos servicios.