Díaz Ferrán sostiene que la reforma laboral «encarece los despidos»

EFE

ECONOMÍA

Los sindicatos también la rechazan y piden que el Congreso la retire.

28 jun 2010 . Actualizado a las 20:05 h.

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha asegurado que la reforma laboral aprobada por el Gobierno «encarece» los costes de despido para los empresarios, mientras que UGT y CCOO insistieron en que el Congreso debería retirarla.

Durante la jornada «La reforma laboral. Nuevas reglas del juego», organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y la empresa de trabajo temporal Adecco, el secretario de Acción sindical de UGT, Toni Ferrer, dijo que el Gobierno ha aprobado «la reforma del despido, se pinte como se pinte».

Alertó de que va a «envenenar las relaciones laborales» al recordar que los sindicatos y la patronal están «pendientes» de abrir la discusión sobre la reforma del actual sistema de negociación colectiva, que debería estar firmado antes de que termine agosto, tal como acordaron los agentes sociales en el acuerdo plurianual 2010-2012.

En este sentido, la secretaria de Empleo y Migraciones de CCOO, Paloma López, también advirtió de que el decreto ley «toca la negociación colectiva de forma grave» y coincidió en que la reforma laboral será «fuente de conflictividad».

Sin embargo, Díaz Ferrán confió en que las dificultades que han tenido los agentes sociales para pactar una reforma del mercado de trabajo no se traslade al ámbito de la negociación colectiva y previó que ambas partes puedan llegar a un acuerdo y se sienten a negociar «de manera inmediata», una vez que «se aclare» el decreto ley.

Al respecto, el presidente de la patronal insistió en que la reforma laboral debe ser más profunda y dijo que durante su tramitación parlamentaria deberían dejarse claras las causas de despido objetivo y los procedimientos.

«El decreto ley es absolutamente insuficiente y encarece el despido», aseguró, tras argumentar que el empresario sigue pagando las indemnizaciones de 33 y 45 días por año trabajado , así como parte del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).

También incidió en que la limitación del contrato de obra y servicio en el tiempo es «inadecuada» y penaliza al empresario.

Díaz Ferrán abogó por eliminar el contrato de 45 días y establecer un único contrato «para evitar confusionismos».

Por su parte, Ferrer criticó que el documento del Gobierno no haya sido discutido con los agentes sociales en temas claves como la intermediación laboral, en referencia a la intervención de las empresas de trabajo temporal en la contratación del sector público al margen de los Servicios Públicos de Empleo.

Dijo que esta intermediación traerá «situaciones muy negativas» y se preguntó cómo se gestionarán las prestaciones por desempleo o la privacidad de los datos.

El director del Gabinete para el Diálogo Social, Alfonso Morón, que también intervino en esta jornada, reiteró que la reforma es «coherente» con las primeras propuestas presentadas por el Ejecutivo en febrero y que contiene medidas «prudentes».

En este sentido, criticó la iniciativa del manifiesto de los 100 economistas que abogan por un contrato único con despido de 20 días por año trabajado y por limitar la eficacia de la negociación colectiva.

Consideró que estas propuestas son un «giro copernicano» y denunció que aboguen para que el empresario tenga poder absoluto para dejar de aplicar los convenios colectivos.

Dijo que este grupo de expertos intenta «traspasar el Atlántico» e importar un modelo de mercado laboral que «no se aplica en ningún país de la Europa occidental».

No obstante, Morón puntualizó que el Gobierno «no puede sentirse satisfecho» tras la ruptura del diálogo social y dijo que debe reflexionar sobre los errores que ha cometido.

Sin embargo, fue tajante al asegurar que durante el proceso de negociación de la reforma laboral «las distancias fueron grandes» entre patronal y sindicatos en tres temas: la dualidad del contrato, la flexibilidad interna y la intermediación laboral, asuntos que «imposibilitaron el acuerdo y provocaron la ruptura total».