El PP ofrece al Gobierno un pacto de última hora sobre la reforma laboral

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID/LA VOZ.

ECONOMÍA

González Pons afirma que «aún caben posibilidades de acuerdo si el Ejecutivo coge el teléfono»

22 jun 2010 . Actualizado a las 02:16 h.

El PP no desea dar un balón de oxígeno al Gobierno apoyando sin condiciones la reforma laboral. Pero teme también la posibilidad de aparecer hoy en el Congreso alineado junto a los grupos de izquierda que tratan de impedir una reforma laboral que tanto los mercados como los organismos internacionales consideran imprescindible. Ayer, los populares dieron un giro a su rechazo global a los cambios en el mercado de trabajo planteados desde el Gobierno y ofrecieron a Zapatero una negociación in extremis que les permita apoyar hoy en el Congreso la convalidación de la reforma laboral.

«Aún caben posibilidades de acuerdo si el Gobierno coge el teléfono», aseguró el portavoz del PP, Esteban González Pons, tras la reunión de la ejecutiva popular. E incluso adelantó que su partido está dispuesto a ir «modulando sus posiciones» con el objetivo de «encontrar espacios de diálogo para que el Ejecutivo pueda rectificar».

«Nuestra posición para mañana [por hoy], en estos momentos, sigue abierta», afirmó. Aunque aclaró que el PP no va a votar nada «que no sea congruente con lo dicho estos días», añadió que no tienen «en este momento una postura máxima cerrada». «Estamos abiertos y, de aquí a mañana, si el Gobierno nos llama lo escucharemos», concluyó.

La izquierda votará en contra

A última hora de ayer, esa invitación al consenso de los populares no se había traducido en un acuerdo de cara a la votación de hoy. Lo más probable sigue siendo que el Grupo Popular se abstenga en el Congreso. El PP es consciente de que la convalidación de la reforma y su posterior tramitación como proyecto de ley no corre peligro a pesar de que el Ejecutivo no tenga garantizado el voto a favor de ningún grupo, ya que desde CiU han anunciado que aunque la reforma es «mejorable» en ningún caso serán un obstáculo para que salga adelante, por lo que votarán a favor o se abstendrán. Tampoco debe temer el Gobierno el voto en contra del PNV, ya que la dirección de los nacionalistas vascos decidió ayer, tras la reunión de su máximo órgano, el Euskadi Buru Batzar (EBB), la abstención de sus diputados .

Mucho más difícil lo tiene el Ejecutivo con los grupos de izquierda como IU-ICV, ERC o el BNG, que se muestran muy críticos con una reforma laboral que equiparan al decretazo que en su día trató de aprobar el Gobierno de Aznar y que motivó una huelga general. Nafarroa Bai opta también por el voto en contra, mientras que UPN se inclinará por la abstención y UPyD solo ha anunciado que no apoyará al Gobierno.