La nueva caja ganará 100 millones en el 2011 y prescindirá de 1.200 empleados y 300 oficinas

Miguel Á. Rodríguez LA VOZ/REDACCIÓN.

ECONOMÍA

El coste de la fusión rondará los 700 millones y el ahorro por el funcionamiento en común se cifra en 330

15 jun 2010 . Actualizado a las 09:26 h.

Los directores generales de Caixa Galicia y Caixanova, José Luis Méndez y José Luis Pego, desvelaron ayer a sus consejos las grandes cifras de la fusión. Son números estimativos, sometidos todavía a posibles correcciones del Banco de España. Pero desde ayer la nueva caja gallega es más real. Los máximos órganos ejecutivos de las dos entidades aprobaron por unanimidad el documento, que hoy será trasladado formalmente al supervisor.

La alianza generará una entidad con 78.000 millones en activos (la quinta caja de España) y con un volumen de negocio de 91.000 millones (el séptimo mayor del sector bancario entre créditos y depósitos). Arrojará un beneficio bruto de 3.100 millones en cinco años y, en el 2011, ejercicio que será una auténtica prueba de fuego para la fusión, ganará cerca de 100 millones netos. Entre el 2011 y el 2012, las dos cajas pretenden jubilar a 1.200 trabajadores y cerrar 300 oficinas, algo menos de 200 dentro de Galicia y el resto en las zonas de España o del resto del mundo donde existen más duplicidades (fundamentalmente Madrid, Cataluña y Valencia) o peores resultados.

La fórmula contable elegida es la de una fusión por integración de negocio, mientras que jurídicamente se optó por una fusión por nacimiento de una nueva entidad. Se solicitarán al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) 1.162 millones de euros, equivalentes al 2% de los activos ponderados por riesgo. A cambio, prometen llegar al 2015 con un core capital (coeficiente de solvencia básico) del 7,1% y un Tier 1 (capital básico) del 10%. El plan no considera necesaria la emisión de cuotas participativas para garantizar los índices de solvencia previstos. Y promete generar 330 millones en sinergias (ahorro por funcionamiento conjunto), que servirán para pagar los 240 millones en intereses del préstamo del FROB. Lo que sí será imprescindible es un adelgazamiento brutal de la cartera industrial (incluida la venta de oficinas) que superará ligeramente los 12.500 millones de euros, lo que significará reducir en alrededor de 8.000 millones la cifra inicial de activos ponderados por riesgo. Esta operación le supondrá a la caja una liquidez capaz de reducir un 62% las necesidades de renovación de las emisiones mayoristas de deuda.

Otro de los recortes sustanciales estará en la obra social, que consumirá inversiones de 50 millones de euros al año hasta el 2015, menos de lo previsto incluso en la auditoría de KPMG encargada por la Xunta en enero (donde se destinaban 60 millones anuales a obra social). En realidad, los números de KPMG se han ido confirmando con el tiempo. La plantilla a recortar, las oficinas a cerrar, la solicitud de ayudas o las desinversiones son las mismas que calcularon los auditores hace cinco meses. No coincide el coste de la integración. KPMG calculó 485 millones y las cajas estiman entre 630 y 700. Y tampoco las sinergias (cifradas ahora en 330 millones y antes en 600).

El borrador del plan de integración se presentará al FROB como un documento definitivo el 30 de junio. Hasta entonces, las cajas deberán perfilar aún más sus desinversiones y arrancar el espinoso debate del cuadro de mando. En los trabajos previos participaron 76 personas en 16 mesas, las consultoras PriceWaterhouse, Deloitte y Russell Reynolds, y gabinetes jurídicos externos.