Caixanova intenta romper la paridad para ser la «dueña» de la nueva caja

S. Vázquez / M.?Á. Rodríguez REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Tensión en las negociaciones, al intentar la viguesa quedarse con la mayoría de los cargos clave

09 jun 2010 . Actualizado a las 09:18 h.

La recta final de la negociación entre Caixa Galicia y Caixanova para cerrar su proyecto de integración resulta más tensa de lo previsto.

Hay un grado de acuerdo prácticamente total en cuanto a los números de la fusión. Sin embargo, las diferencias son todavía profundas respecto a la composición de la cúpula. Caixanova aceptó ante el presidente de la Xunta la paridad y la igualdad de la alianza. Pero en las mesas de trabajo está demostrando que busca una absorción indirecta de Caixa Galicia a través del reparto del mando.

En los últimos días, los dirigentes de la caja viguesa condicionan la negociación a que sus directivos sean dominantes en la entidad resultante o, en definitiva, a convertirse en sus dueños . La postura, que parece contar con el respaldo político del PSOE y la anuencia del Banco de España, resulta sorprendente, una vez que la cúpula de Caixanova admitió haber paralizado las vías de diálogo abiertas al margen de la fusión gallega para buscar acuerdos de integración fuera de Galicia.

El nuevo escenario está retrasando el cierre definitivo del plan de integración y no se descarta incluso una nueva intervención de la Xunta para acelerar el proceso. El documento completo iba a ser entregado al Banco de España antes del próximo martes, incluyendo el reparto de la gobernanza. Pero al final todo apunta a que el supervisor recibirá solo datos financieros y el plan de negocio. La distribución del poder se quedará para el borrador definitivo del día 30, la fecha límite para llegar a tiempo al FROB, donde se solicitarán 1.162 millones para engrasar la integración.

El Banco de España admite que la composición de las cúpulas le llegue en ese último momento, pero quiere conocerla antes de aprobar los créditos a la reestructuración, que habrá que pagar en 5 años, al 7,75% de interés más un 0,25% anual.

Con las fusiones o SIP en marcha en España, o con las integraciones que aún faltarían por germinar, Caixanova no podría alcanzar unas condiciones siquiera similares a las que mantiene ahora en la fusión gallega. Esta posibilidad chocaría además con el mandato parlamentario de galleguidad y solvencia que la Xunta esgrime desde diciembre del 2009 y que ha condicionado todos sus movimientos.

Caixanova, que posee 27.175 millones de euros en activos, frente a los 46.171 de Caixa Galicia, se quedará en la nueva caja única con la dirección general, que ocupará José Luis Pego; con una de las dos copresidencias, que ostentará Julio Fernández Gayoso; y con la posibilidad de elegir el primer turno de ejercicio real de la presidencia (18 meses), además de garantizarse el 50% en la composición de todos los órganos de gobierno.

Los puestos claves

Sin embargo, Caixanova también exige colocar a su gente en los puestos claves del organigrama. La cúpula está ya decidida, pero los segundos niveles siguen sin nominar. Las distintas direcciones que compondrán el comité de dirección, y sobre todo los responsables de área, condicionan ahora las conversaciones. Si bien nadie vislumbra un horizonte de ruptura, algo que ni siquiera contempla la Xunta de Galicia, lo cierto es que el acuerdo final sigue en el aire. En las cajas tienen la convicción de que estos segundos y terceros niveles serán «fundamentales» para el día a día de la nueva caja. Quien los controle, dominará en la práctica la fusión.

En estas áreas se encuentran responsabilidades de tanta trascendencia como recursos humanos, riesgos, asesoría jurídica, área financiera, comercial, inmobiliaria, informática, industrial o tesorería, entre otras. En los últimos días se llegó incluso a contratar un auditor externo, Russell Reynolds, para evaluar a los directivos y ayudar a elegir nombres. Pero, al menos de momento, el acuerdo sigue sin cerrarse.