La Caixa y Caja Madrid desvelan sus planes de fusiones y aclaran el futuro mapa de cajas

Miguel Á. Rodríguez REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Los movimientos finales mantienen a la integración gallega como la sexta mayor financiera del sector

29 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los esperadísimos proyectos de reestructuración de La Caixa y Caja Madrid, las dos cajas líderes en España, convirtieron ayer la Comisión Nacional del Mercado de Valores en un hervidero. Hasta ocho entidades comunicaron sus planes de futuro al regulador bursátil y despejaron buena parte del mapa financiero español, como había demandado con extrema urgencia el Banco de España esta misma semana.

La Caixa anunció al filo de las doce del mediodía su intención de absorber a Caixa Girona, una de las diez catalanas que hasta ahora se había quedado descolgada de las dos fusiones en marcha en esta comunidad. De consolidarse, la nueva entidad seguirá liderando el mapa nacional de cajas, con 279.688 millones de euros en activos, un 20,8% del total del sector.

Hubo que esperar hasta las tres de la tarde para confirmar un secreto a voces que se rumiaba en el sector desde primeras horas de la mañana. Caja Madrid y otras cinco entidades hacían pública su intención de conformar el SIP que alumbrará la segunda mayor caja del país. Rodrigo Rato, presidente de la entidad madrileña, que intentó aliarse con Caixa Galicia y con la valenciana CAM hace meses, eligió finalmente como compañeros de viaje a la Caja Insular de Canarias, Laietana, La Rioja Ávila y Segovia.

La riojana y la canaria habían tanteado su unión con la sevillana Cajasol, pero optaron por cambiar de socio a última hora para unirse al proyecto que pilotará Caja Madrid. Juntas, las seis entidades suman 227.561,6 millones en activos (16,9% del total). Será el mayor SIP negociado en España y conformará la segunda entidad del país.

La tercera del nuevo ránking será la fusión fría liderada por Cajastur-CCM, con la CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura como socios. Unidas manejarán 135.342 millones en activos, el 10% del total nacional.

La fusión gallega (Caixanova y Caixa Galicia) se presentó como la quinta mayor caja española, pero los últimos movimientos la han desplazado un peldaño en el escalafón. El cuarto lugar de la lista es para Bancaja, con 111.459 millones en activos. Y el quinto puesto lo ocupará la fusión de las cajas de Catalunya, Manresa y Tarragona, que suman 81.024 millones, un 6,04% de los activos del sector.

Las gallegas configurarán una entidad con 78.077 millones en activos, el 5,82% del total en juego en el sector.

De 45 a 22 cajas

Cuando estalló la crisis, España tenía 45 cajas. El Banco de España estimó que debían quedarse en 15. Las integraciones en marcha las han reducido de momento a 22. Otras diez cajas todavía no han encontrado pareja de baile. Ibercaja ya dijo que no se movería en la primera ola de fusiones e integraciones. Bancaja tampoco ha encontrado socios, lo mismo que les sucede a las catalanas Ontinyent y Pollensa. Las dos vascas (BBK y Kutxa) no se han definido por ahora. Sin novios a la vista siguen Caja Círculo, CAI y Caja Vital. Y Badajoz, por su parte, está pendiente de sumarse o no al SIP de Caja Murcia con Penedés, Granada y la balear Sá Nostra.

El Banco de España tuvo que tocar a rebato para que el sector financiero diese ayer un paso de gigante en su primer gran revolcón, a solo un mes de la finalización del plazo para solicitar recursos al FROB. Los dos gigantes (La Caixa y Caja Madrid) mostraron sus cartas sobre la campana que estaba haciendo sonar el regulador.

El pasado fin de semana, el equipo de Fernández Ordóñez intervino CajaSur. El miércoles anunció un nuevo endurecimiento de los requisitos de capital que dejará más desnudas que nunca a las entidades sin dimensión suficiente.

Y el jueves el propio gobernador instó enérgicamente a las cajas de ahorros no involucradas en procesos de reordenación a ponerse «manos a la obra». El aumento de las dotaciones que deben realizar los bancos y cajas por sus créditos dudosos y por quedarse con inmuebles a cambio de deuda no les deja muchas otras salidas que afrontar fusiones o reestructuraciones para sobrevivir.