La UE quiere que los bancos paguen una tasa para prevenir crisis futuras

Juan Oliver BRUSELAS/LA VOZ.

ECONOMÍA

Estarían obligados a cotizar a un fondo que sufragaría la «quiebra ordenada» de entidades financieras

27 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Comisión Europea propuso ayer que los países de la UE creen fondos nacionales para gestionar la quiebra ordenada de entidades financieras, que se nutrirían en parte con una tasa abonada regularmente por los propios bancos. Esos depósitos servirían para evitar que los rescates de entidades en riesgo de bancarrota acaben recayendo en exclusiva sobre los contribuyentes, como ha sucedido con decenas de firmas de todo el continente que han tenido que ser auxiliadas mediante la inyección masiva de dinero público tras la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos.

«No es aceptable que los contribuyentes sigan pagando el oneroso coste de rescatar al sector bancario. Ellos no deben estar en primera línea», aseguró ayer el comisario de Mercado Interior y Servicios, el francés Michel Barnier, partidario de «construir un sistema que asegure que, en el futuro, el sector financiero pague el coste de las crisis bancarias». «Se debe pedir a los bancos que contribuyan a un fondo destinado a gestionar las quiebras bancarias, proteger la estabilidad financiera y limitar el contagio», sostuvo el comisario durante la presentación de su propuesta.

La idea de la Comisión no es que los fondos se utilicen para rescatar bancos, sino solo para garantizar que su quiebra, cuando sea inevitable, se gestione de manera ordenada. El propio Barnier recordó que la caída libre de Lehman Brothers en Estados Unidos acabó arrastrando a toda la banca europea, y por extensión a toda la economía de la UE, a la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. También apuntó que los Gobiernos de la UE han tenido que destinar al socorro de entidades recursos públicos por valor de cerca del 13% del PIB comunitario, y que muchos países sufren por ello ahora graves problemas fiscales.

Inconcreción

Lo cierto es que, pese a que en sus objetivos tiene un carácter global muy ambicioso, la propuesta del comisario francés adolece de concreción en muchos aspectos, como los que se refieren a las cantidades que deberían nutrir los fondos anticrisis de cada país, a los mecanismos que se establecerán para calcular la aportación que debería hacer cada entidad, a los plazos de cada fondo o al empleo que podría darse a esas provisiones para que no permanezcan inmovilizadas mientras no se necesite activarlas.

«La Comisión no piensa por el momento dar detalles precisos acerca de cómo se esperaría que funcionaran estos fondos», explicó ayer en una nota el Ejecutivo comunitario, que reconoce que, antes de que su propuesta se pueda llevar a la práctica, «será esencial que se comprendan con claridad y se evalúen minuciosamente los efectos acumulados del amplio conjunto de reformas relacionadas con el capital bancario» que se han adoptado en la UE, así como los posibles efectos de esa nueva tasa sobre la reactivación del crédito, el precio del dinero.

La fórmula que ofrece Bruselas, sin embargo, también contiene ideas polémicas, ya que, por ejemplo, habilitaría a un banco que opere en varios países europeos a optar a los fondos anticrisis de los Estados en los que ha instalado sus filiales. En ese sentido, Barnier defendió ayer esa posibilidad aludiendo al elevado grado de internacionalización del sistema financiero. Según recordó, «cerca de la mitad de los bancos europeos están en manos de entidades extranjeras o de otros socios de la UE distintos al del país en el que están establecidos». «Un ejemplo muy claro es la República Checa, donde cerca de 85% de las entidades bancarias están en manos extranjeras», apuntó.

Calendario

La idea de Barnier es que los líderes de los Veintisiete alcancen un acuerdo y apoyen la creación de reglas comunes para la creación de esos fondos en la cumbre que mantendrán en Bruselas el 17 de junio, para que el G-20 pueda discutir el establecimiento de un mecanismo semejante a escala internacional. «La UE tiene que jugar un papel motor en la elaboración de estrategias comunes y en la creación de un modelo de cooperación susceptible de extrapolarse al mundo», señaló ayer el comisario.