La depreciación de la moneda europea respecto al dólar puede mejorar la demanda externa

Luís Villamor SANTIAGO/LA VOZ.

ECONOMÍA

24 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La semana pasada el Financial Times daba la bienvenida a la brusca caída del euro, aunque en general la moneda europea siga siendo fuerte. En rigor, un euro un poco más débil, lejos de suscitar rubor continental o significar un ataque frontal a las esencias del eurocentrismo, se podría ver como una oportunidad, en momentos de ajuste y recesión, poco proclives a generar indicadores positivos. Un euro más barato respecto al dólar, por así decirlo, favorecería las exportaciones europeas. Además, su última caída, en términos comerciales, aún le deja margen, porque lo sitúa un 6% por encima de cómo se encontraba en 1999, cuando entró en vigor.

1 Pronóstico. No es razonable pensar en un euro fuerte en momentos de recorte del gasto y en un escenario de subida de impuestos, entre ellos el IVA, a partir de julio, que ocasionará con toda probabilidad una cruda reducción del consumo y de la demanda interna. Por tanto, parece suscribible la hipótesis según la cual la solución en parte puede venir dada por unas exportaciones saludables, que, desde esta perspectiva, previsiblemente habrán de venir asociadas a la debilidad de la moneda europea.

2 Fortaleza exportadora. La comunidad autónoma tiene mucho que decir en el ámbito de las exportaciones. Lejos de apuntarse a tesis negativas, que apelen a piñón fijo a una sinfonía del lamento, los actores económicos tendrán que interpretar y exprimir las posibilidades que ofrece esta nueva coreografía, si el tsunami no se torna incontrolable. No es anómalo que los datos de exportaciones de Galicia del primer trimestre del año superen el porcentaje español, con sectores como el de los productos energéticos o del automóvil al frente del tirón. Su comportamiento contribuye a generar una brizna de esperanza en este ámbito. El peso de la economía gallega en el conjunto del PIB es del 5%, pero en materia de exportaciones la comunidad autónoma representa casi el 9% de las ventas españolas al exterior.

3 Debilidades. Un presumible aumento de las exportaciones basado en la depreciación del euro respecto al dólar traería consigo una contrapartida negativa no precisamente baladí. La importante dependencia energética de España supondría en este contexto una factura más cara del petróleo. A finales del pasado año esta dependencia había crecido por encima de la media europea -el 56%- y se situaba en el 85%. Y no tanto por el consumo, que experimentó subidas moderadas, sino por la caída de la producción nacional. España es el segundo país en materia de energía eólica, después de Alemania, pero el 50% de la que consume procede de la importación de petróleo: un millón y medio de barriles diarios.