Las cajas se sientan ante el Banco de España para aclarar si habrá fusión

M.?Á. Rodríguez / S. Vázquez / R. Santamarta

ECONOMÍA

El regulador quiere acelerar la decisión gallega para despejar otras uniones en España que dependen de esta

27 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Caixa Galicia y Caixanova se sentarán hoy en el Banco de España, con la Xunta como testigo, para aclarar las cuentas de la fusión y previsiblemente sus diferencias respecto al reparto de poder en la futura alianza. Fuentes de ambas entidades consideran que esta cita podría resultar «definitiva» para el rumbo de las negociaciones, bloqueadas desde el pasado jueves por diferencias irreconciliables respecto a la gobernanza de la hipotética entidad resultante. Caixanova exige la continuidad de su presidente, Julio Fernández Gayoso, al menos cinco años (plazo que la caja entiende como transitorio) y la posibilidad de renovar otro mandato. Caixa Galicia exige paridad absoluta en los órganos de control de la futura entidad.

El regulador conversó con las dos cajas este fin de semana y, según fuentes bancarias, las ha conminado a tomar una decisión en el menor plazo de tiempo posible.

Voces conocedoras del estado de las conversaciones indicaron que el organismo que dirige Fernández Ordóñez no entró a valorar las posiciones de negociación de ninguna de las cajas, aunque les exigió que vuelvan a sentarse y diriman sus diferencias «en uno u otro sentido». Esto significaría que el Banco de España no está dispuesto a forzar la fusión si las entidades no muestran buena disposición, pero en caso de ruptura prefiere conocerla con celeridad.

En medios bancarios sostienen que esta misma semana podría resolverse en uno u otro sentido el proceso, en el que la Xunta sigue animando a las entidades a entenderse sobre la base de un equilibrio de poder, la única solución «viable y razonable» según apuntan desde el Ejecutivo autonómico.

Este empuje del Banco de España, tal y como se interpreta en el sector, respondería a la «importancia» de la negociación gallega en el contexto nacional del sistema de cajas. Hay constancia de que la CAM valenciana y Caja Madrid están pendientes de los movimientos en Galicia para resolver su futuro en una u otra dirección.

Así, la CAM prepara una posible alianza de cajas de pequeño tamaño (se habla de las catalanas Ontinyent y Laietana, la mallorquina Pollensa, la Insular de Canarias, la burgalesa Círculo, la caja de Badajoz y la aragonesa CAI, entre otras) que podría abandonar para irse con Caja Madrid y Caixa Galicia si se frustra la fusión gallega. El plan B de Caixanova no está claro por completo. Podría irse con esas firmas pequeñas que dejaría la entidad valenciana. La caja viguesa también exploró la fusión virtual que lidera Cajastur, y la de Banca Cívica, comandado por Navarra.

La presión del regulador llega después de que el quinto cara a cara finalizara evidenciando profundas diferencias sobre el reparto de poder.

El gobierno

Sin embargo, la mayor tirantez está en la propuesta de Caixanova para controlar el consejo de administración y la asamblea. Este punto es «innegociable» para Caixa Galicia, que solo estaría dispuesta a discutir los nombres de los futuros gobernantes, pero no la paridad que exige en la futura alianza.

El entorno de Gayoso sigue negando que el control de la fusión sea «el único obstáculo», ya que apuntan «diferencias» respecto a la viabilidad futura de la entidad financiera. No obstante, Xunta y Caixa Galicia aseguran que los números «dan y están ya hechos» y que ya los valoró el Banco de España cuando las instó a negociar. Inicialmente, el pacto gallego requeriría 1.165 millones del FROB, cerraría 204 oficinas y prejubilaría a 1.005 trabajadores.