Las exigencias de Gayoso, sin conocimiento del consejo, ponen la fusión ante la ruptura

S. Vázquez / M.?Á. Rodríguez

ECONOMÍA

Caixa Galicia advierte que todo lo que se aleje de una fusión paritaria es totalmente inasumible

24 abr 2010 . Actualizado a las 03:27 h.

Las negociaciones para la fusión gallega están a punto de saltar por los aires debido a las exageradas exigencias de poder planteadas por el máximo responsable de Caixanova, Julio Fernández Gayoso: diez años como presidente y controlar más del 50% del consejo. Sin embargo, consejeros de esta entidad admitieron ayer que desconocen «por completo» lo que su caja está planteando en la mesa. Gayoso no ha informado en ningún momento a su máximo órgano de gobierno sobre las peticiones formuladas para aceptar una alianza con Caixa Galicia. «Únicamente autorizamos a los directivos para explorar las posibilidades de la unión», señaló ayer uno de los miembros del consejo.

En Caixa Galicia, su director general, José Luis Méndez, dejó claro desde el principio a sus consejeros que el único acuerdo posible implicaría una paridad al 50% en la entidad fusionada.

Desde que arrancó la negociación, Caixanova reunió en dos ocasiones a la comisión delegada. Pero tampoco aquí explicó sus planteamientos el presidente. «Nos estamos enterando por los periódicos», admitía ayer otro consejero. Las dos cajas reunirán la próxima semana a sus consejos de administración en las sesiones ordinarias correspondientes al mes de abril. Está previsto que en ambos casos los directivos hagan un balance de las conversaciones. El de Caixanova tendrá lugar el jueves. Pero antes se producirá un nuevo encuentro con Caixa Galicia que podría resultar definitivo.

Fuentes del entorno de Gayoso admitían ayer que su intención es «no moverse» de la posición expresada el jueves, que pasa por mandar y controlar los órganos de poder de la futura caja. En realidad, el único obstáculo real para la fusión es precisamente ese reparto de la gobernanza, tras haber llegado a un principio de acuerdo en los grandes números de la alianza.

Diez años más y mandando

Fernández Gayoso quiere seguir en la presidencia diez años y que su actual caja controle más del 50% del consejo y la asamblea de la nueva entidad fusionada. Su primera petición fue un período transitorio de cinco años, algo insólito en las fusiones de entidades financieras y que debería ser autorizado por los organismos reguladores. Hasta ahora los procesos realizados agotaron transiciones máximas de dos años, aunque la mayoría tomaron como referencia un año. En el transcurso de la negociación, Caixanova dejó entrever que aceptaría rebajar a cuatro años este plazo, pero exigió un cambio en la ley de cajas para blindar la continuidad de Gayoso durante otro mandato una vez pasado el período transitorio (quiere que sea de cinco años).

Presidente a los 89 años

El presidente de Caixanova cumplirá en noviembre 79 años, es decir que, si el legislador aceptase sus exigencias, todavía estaría en la caja con 89 años. Sus planteamientos son «inasumibles» por los negociadores de Caixa Galicia, que desde el primer momento han cedido terreno y se posicionaron en la paridad y el equilibrio como objetivo para que la fusión gallega fuese posible.

En el cálculo del valor neto de las dos cajas, Caixa Galicia tiene un peso del 57% y Caixanova un 43%, porcentajes que revelan que una fusión al 50% conlleva una cesión de siete puntos porcentuales por parte de la caja que dirige José Luis Méndez.

Durante los días de encuentros, los negociadores de esta entidad no han variado un ápice su posición. Aceptarán una fusión al 50%, pero ni una décima más de desequilibrio. Sin embargo, los representantes de Caixanova han cambiado su postura varias veces. Así, mientras el lunes de esta semana, sorpresivamente, acercaron posiciones incluso en lo que respecta a la gobernanza, el jueves volvieron a situar su posición como al principio de las conversaciones.

«Todo parece indicar -explican fuentes próximas a los diálogos- que el acercamiento del lunes pudo haber sido una estrategia para hacer creer a la opinión pública que Gayoso intentó la fusión», aunque al final no pueda ser.

Si se rompen las negociaciones, las cajas tendrán que explicar el porqué. Pueden apelar al argumento de que los «números no salen». Pero este aspecto ya quedó aclarado por el Banco de España, que dio como válido el informe de KPMG y les pidió que trabajasen en la fusión. Si la explicación se refiere a la gobernanza, también tendrán que reportar cuáles fueron las exigencias de poder que fueron incapaces de resolver.

«El problema -explicaron fuentes financieras de Madrid antes de la reunión clave del jueves- es dónde se coloca a Gayoso». Los antecedentes de este veterano de las finanzas en los cambios regulatorios son conocidos. En dos ocasiones modificó los estatutos de Caixanova para seguir mandando. Y el verano pasado, cuando acudió a la Xunta con los 1.000 folios del informe de Deloitte contra la alianza gallega, ya le solicitó a Feijoo que cambiara la ley para evitar su jubilación y continuar en el cargo 10 años más.