La crisis lleva a las inmobiliarias a frenar la compra de nuevo suelo

Erik Dobaño

ECONOMÍA

Promotores y analistas creen que el inicio de viviendas caerá a su mínimo histórico durante el 2010

19 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No hay dos sin tres y el 2010 volverá a ser un año malo para el sector del ladrillo en España. Las compras de suelo están «prácticamente» paradas y el inicio de obra nueva «se estabilizará», dicen los analistas, lo que significa que las cifras de comienzo de viviendas se situarán «entre las 150.000 del año pasado y las 100.000», otra vez un récord negativo.

Las grandes inmobiliarias, inmersas en procesos de refinanciación, mantendrán este ejercicio la actividad constructiva bajo mínimos. Realia, que solo inició una promoción de vivienda protegida el año pasado, estudia proyectos para este, pero su estrategia comercial está «centrada en vender el stock de vivienda terminada», tras haber duplicado su ritmo de preventas en el 2009. En Renta Corporación, dedicada a la compra, transformación y venta de activos inmobiliarios, aprecian «una leve recuperación, llena de incertidumbres, en la que empiezan a cerrarse operaciones pequeñas». Juan Velayos, su director general, opina que todavía se está «lejos de que la recuperación haya tomado una senda de crecimiento sólida».

Tampoco hay movimiento en el suelo. La propia Renta Corporación no compró el año pasado y tampoco prevé hacerlo este. Lo mismo que le sucede a Sacyr Vallehermoso. Anjoca, con una cartera de suelo para 8.000 viviendas, tampoco se hará con superficie este curso.

Las transacciones de suelo a finales del 2009 fueron la mitad que a principios del 2007. Su valor, la quinta parte. «El remanente de suelo es el principal problema. Los bancos llevan meses anticipándose y han aceptado incluso canje de deuda por suelo», explica Javier García-Mateo, director de análisis financiero de Aguirre Newman. «Hubo un círculo virtuoso que impulsó el negocio en el sector. Hoy las cosas han cambiado. Los promotores tienen problemas para generar liquidez», apunta Luis Leirado, director general de Tinsa.

No se compra suelo y apenas se inicia obra nueva porque ya no llega con el dinero de las ventas y el grifo de la financiación está casi cerrado. Las inmobiliarias afrontarán durante este año «una segunda ola de refinanciaciones», añade García-Mateo.

El peso de la banca

Los bancos ganan protagonismo en el sector. No solo como competencia (Altamira, la inmobiliaria del Santander, será una de las que más promociones inicien este año, hasta seis). Metrovacesa y Colonial, dos grandes que dedican tres cuartas partes de su negocio al segmento no residencial, están en manos de la banca. «Esperábamos que fuesen protagonistas del mercado inmobiliario, que ofreciesen importantes descuentos en vivienda. Lo sorprendente es que no están actuando con rapidez, no hay urgencia por desprenderse del stock . Y el mercado está sufriendo cierta inactividad por ello», comenta García-Mateo. Y añade: «Parece que la prioridad es evitar aflorar minusvalías en sus cuentas de resultados».

Pese a todo, los promotores ven signos positivos: el euríbor sigue en mínimos, el descenso en la concesión de hipotecas se amortigua, la tasa de esfuerzo para adquirir una vivienda disminuye, la preventa apunta buenas perspectivas y las ventas repuntan. «Hay señales de dinamismo. Antes, el vendedor no admitía la bajada y el comprador esperaba una mayor. Ahora comienzan a encajarse operaciones», afirma Luis Leirado.

Los promotores se vuelven hacia los bancos y estos no se mueven. «Irán desapareciendo oportunistas y el apalancamiento se reducirá», dicen en Sacyr. «Esperamos un año de transición», resume Juan Velayos. Un año que animará Quabit, la nueva Afirma, «con una docena de promociones, más de mil viviendas», dicen. Su optimismo se sustenta en las ventas, «40 viviendas por mes».