Las cajas ponen su reloj a cero

S. Vázquez? / ?M. A. Rodríguez R. Santamarta

ECONOMÍA

Gayoso y Méndez cederán protagonismo a sus equipos, aunque estarán detrás de las decisiones claves

12 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Una ciudad neutral, Santiago, y un lugar no neutral, alguna de las sedes de las cajas de ahorros gallegas. Ese es el escenario elegido por Caixa Galicia y Caixanova para iniciar hoy mismo la primera reunión que les permitirá definir si están o no dispuestas a llevar a cabo su fusión.

La operación no es fácil, pero sí factible de acuerdo con la estimación económica realizada por KPMG, según les ha advertido a las dos cajas el Banco de España. El regulador será uno de los principales observadores de todo el proceso. A él y a la Xunta le tendrán que reportar las entidades cada partida que negocien, cada punto despejado y el porqué de cada decisión.

Aunque la Administración gallega jugará en todo este proceso un papel fundamental, distintas fuentes del ámbito financiero y político resaltan principalmente el protagonismo del Banco de España. «Tiene capacidad suficiente como para que el proceso de negociación, no solo suene, si no que sea serio. A las cajas se les echa el tiempo encima y el supervisor necesita hacer la reconversión de su sistema financiero. La unión de las dos cajas gallegas, una vez que tenga su visto bueno, será pieza fundamental para continuar con la reestructuración del sistema financiero del país. Y a Miguel Ángel Fernández Ordóñez también se le echa el tiempo encima», advierten las citadas fuentes.

Ordóñez le dará su «lupa de vigilancia del proceso» a Jerónimo Martínez Tello (Madrid, 1956), «un supervisor muy serio, al que le ha tocado el toro de organizar el sistema financiero en un entorno muy complicado», en el que existen desde implicaciones económicas hasta políticas de gran altura.

Los primeros espadas de cada entidad, Julio Fernández Gayoso, por Caixanova, y José Luis Méndez, por Caixa Galicia, dirigirán las operaciones entre bambalinas. Las dos cajas se han pasado los últimos cinco días conformando sus equipos de negociación. El de Caixanova lo capitaneará el director general, José Luis Pego, y tendrá como apoyos habituales a Juan Díaz Arnau, Óscar Rodríguez y Gregorio Gorriarán, los tres directores generales adjuntos.

El nuevo director general adjunto ejecutivo de Caixa Galicia, Javier García de Paredes, será el hombre fuerte del equipo de la entidad del norte, donde también cobrarán protagonismo Enrique Tellado, José Valiño y Francisco Senra.

A lo largo de los últimos días también se discutió el programa de la negociación: desde los temas más relacionados con las líneas de negocio hasta las posiciones de poder de cada una de las entidades... o viceversa. Es precisamente en este punto donde estará uno de los principales caballos de batalla. Caixanova parte de la premisa de que ella tiene el mandato del Banco de España para liderar el proceso. Y esta afirmación la utiliza como un arma de negociación frente a Caixa Galicia, que ha advertido que solo debatirá una fusión paritaria. Lo único que dejó claro el Banco de España a las cajas es que la fusión es viable de acuerdo con el informe auditor, que no quiere estruendo social y que es necesario que los gestores que se elijan sean conocidos, e incluso ha situado a José Luis Pego en una buena posición para ocupar la dirección general de la entidad fusionada en caso de que se lleve a cabo.

La tensión en estos días llegó de la mano de los alcaldes, especialmente el de Vigo, Abel Caballero, que se niega a hablar de fusión y afirma que «solo cabe» una absorción. Su homólogo de A Coruña, Javier Losada, le replicó advirtiendo que no tolerará acuerdos perjudiciales para A Coruña, porque Caixa Galicia tiene una dimensión mayor y unos niveles de solvencia similares.

Consejeros de Caixanova son «moderadamente optimistas» y alguno, como José García Costas, que fue el principal detractor de la fusión, apostaron por negociar «sin provocar heridas para nadie». «Será difícil -advierten fuentes financieras-, pero no es imposible». Lo veremos. De momento, las cajas ponen hoy el reloj de la fusión a cero.