El presidente de BBVA reclama reformas de calado para no perder la credibilidad de los mercados

COLPISA

ECONOMÍA

Francisco González aboga por una «reestructuración profunda» del sistema financiero español, que pueda proporcionar a empresas y familias el crédito que necesitan.

12 mar 2010 . Actualizado a las 22:26 h.

«España no puede perder la credibilidad de los mercados que nos financian», ha advertido el presidente de BBVA, Francisco González, en su discurso ante la Junta de Accionistas. Para mantener esa imagen de confianza, reclamó «reformas estructurales de calado», un proceso «creíble y sostenido» de saneamiento de las finanzas públicas y «una reestructuración profunda del sistema financiero» nacional. Demandó mejoras en el sistema educativo, medidas que reduzcan la dependencia energética, reformas en el mercado de trabajo y los cambios necesarios para recortar los déficit públicos.

El presidente de BBVA evocó que España está pagando una gravosa factura de destrucción de empleo, y su economía se recuperará con mayor lentitud, por los lastres de un modelo económico superado, basado en el inmobiliario y el endeudamiento exterior, que el pasado año alcanzó el 160% del Producto Interior Bruto: 90% privado y 60% público, con un «explosivo» crecimiento de este último, que aumentó nada menos que 14 puntos el pasado año.

De ahí la importancia de mantener la credibilidad ante los acreedores.

Añadió que la salida de la crisis se ve dificultada por un déficit público insostenible, de más del 11% del PIB en 2009, y por el deterioro de buena parte del sistema financiero, debilitado a su vez por el impacto de la recesión económica.

Aseguró el presidente que BBVA nunca ha cerrado el grifo de la financiación, sino que durante el pasado año mantuvo la misma proporción de demandas atendidas sobre el total de solicitudes de crédito, en torno al 75%. El banco dispone de capital y liquidez, lo que sucede es que «no hay demanda», explicó. De cara a 2010, la entidad mantiene su compromiso de dar crédito a los hogares y las empresas para salir antes de la crisis. «Con 47 millones de clientes en todo el mundo, apoyamos el crecimiento en todos los países en donde operamos», aseveró.

Examen del mercado

Pero «no habrá crecimiento hasta que el ámbito financiero esté estabilizado», precisó. Y concretó la forma en que debe abordarse la ordenación bancaria. Abogó porque las entidades inviables sin ayudas públicas sean «cuanto antes reestructuradas y adjudicadas a los agentes privados más sólidos en un proceso público y transparente». En España, el sistema que resulte de la reestructuración «habrá de estar formado por entidades solventes, rentables y sujetas a controles apropiados», precisó.

Matizó que estas entidades «tendrán que rendir cuentas a alguien objetivo, seguramente el mercado, de lo que están haciendo». Al igual que otros dirigentes bancarios, y que el propio Banco de España, González reclama que las cajas de ahorro se sometan también a semejante tipo de examen. Puesto que carecen de accionistas, se han buscado fórmulas alternativas para obtener el contraste del mercado, como la salida a Bolsa de Criteria, la sociedad que aglutina las participaciones de La Caixa, y ahora se abre camino la opción de flexibilizar las cuotas participativas y dotarlas de derechos políticos con ciertas limitaciones.

Oportunidades

Ante la junta de accionistas del banco celebrada este viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao, el consejero delegado Ángel Cano, que se estrenaba en esta responsabilidad y fue refrendado en el cargo, se refirió a las oportunidades que para el crecimiento de BBVA en España podrá suponer el proceso de reestructuración. Pese a las dificultades, el año 2010 «marcará el comienzo de una nueva etapa de crecimiento para el banco, con un objetivo claro de ganancia de cuota y mejora de eficiencia».

La junta de accionistas aprobó, entre otros acuerdos, el reparto de un dividendo complementario de 0,15 euros por título, lo que coloca la retribución total con cargo a 2009 en 0,42 euros por acción. Una mayoría del 93,47% de los votos aprobó la reelección del presidente Francisco González para otros tres años de mandato.

Ya en el turno de intervenciones, una accionista consideró «poco éticas» las diferencias de retribución entre los administradores y altos directivos y los empleados del banco y otros accionistas que se identificaron como representantes sindicales -de CIGA, ELA, CGT- censuraron la elevada cuantía de la remuneración del presidente, de 5,8 millones de euros en el ejercicio, o su fondo de pensiones, que acumula 78 millones de euros, frente a las percepciones de los trabajadores.

Negó Francisco González que los empleados hayan perdido poder adquisitivo. «Todos en este banco, empezando por mí, debemos estar orgullosos de lo que estamos cobrando», dijo. Y tras recordar que le pagan por tomar «decisiones difíciles», insistió en que, «con la que está cayendo», «cada uno en su responsabilidad, hay que estar orgullosos de poder llegar a fin de mes, y de poder estar seguro de que cada mes nos van a pagar la nómina».