«La flexibilidad que damos para trabajar disparó la facturación»

Luís Villamor

ECONOMÍA

La alta ejecutiva dice que su empresa afrontó la crisis ayudando a los clientes con «distintas formas de financiación» para que pudieran hacer frente a sus compromisos

25 ene 2010 . Actualizado a las 12:55 h.

Hace más de seis años Microsoft nombró a esta licenciada en Filosofía, con el cincuenta por ciento de sangre danesa, directora de Recursos Humanos, después de 17 en el mundo de la consultoría. Está en uno de los departamentos clave de la organización y es consciente de que las empresas son la suma del valor de sus empleados. Elena Dinesen habla de «sentido común» y «ética» para dirigir al personal. -Cuando uno lee su perfil parece que siempre hubiera estado arriba. Hay quien cree que para militar en primera hay que pasar por las categorías inferiores... -Por supuesto, hay que ser pinche antes que cocinero. -Usted es licenciada en Filosofía, ¿hace falta mucha para dirigir al personal? -Hace falta sensibilidad, sentido común, llevar a cabo los valores de la empresa, vivirlos y trabajar con ética. -Los manuales de comunicación interna aseguran que la palabra de la empresa compromete... -Sin duda, y los directores de recursos humanos han de ser un referente para dentro y para fuera de la casa a la hora de atraer talentos. Tienen que mirar tanto por el empleado como por la política de la empresa. -La universidad española gradúa más mujeres pero todavía son pocas las llamadas a altas instancias ejecutivas... -Depende de las carreras, en Empresariales y Económicas se licencian muchas más mujeres. En las técnicas, hay más hombres. No obstante, hay una recta ascendente y los sectores de tecnologías de la información, telecomunicaciones y en las pymes hay muchas mujeres directivas. -¿Cuántas hay en Microsoft? -Hemos pasado de un 22% a un 29% de mujeres en la plantilla. En España tiene 700 empleados. En el comité de dirección hay cuatro mujeres cuando hace cinco años solo había una. -¿La inteligencia sensible es patrimonio de las mujeres? -Pues no necesariamente. Yo tengo compañeros con una gran sensibilidad. -¿Cómo marca la diferencia Microsoft en tiempos de crisis? -Venimos trabajando antes de la crisis en una línea estratégica. Hace seis años hicimos un cambio de modelo de trabajo presencial, con largas horas, de nueve a nueve, con un ritmo acelerado. Teníamos una plantilla con una rotación alta, del 8%. Estábamos perdiendo talento femenino en la banda de 30 y 35 años y teníamos avisos de la plantilla de cansancio y de que el clima se estaba deteriorando. Y apostamos por la flexibilidad. Todos los trabajadores tienen ahora un portátil, ADSL subvencionado tanto para su uso como para su familia y hay concreción de reuniones. Está prohibido convocarlas después de las seis de la tarde y los viernes, después de las tres. Todo ello bajo el paraguas de una dirección por objetivos. El 1 de julio todo el mundo sabe su plan de trabajo para el resto del año y hacemos una reunión de seguimiento una vez al mes. Esto permite un contacto más estrecho, permite saber si están desbordados o si tienen cuestiones familiares que influyen en su rendimiento. Si te dan medios y libertad, el compromiso se duplica. Se ha disparado la facturación y la rotación ha pasado al 2%. Hemos generado una imagen de marca. -¿En tiempos de crisis los ciudadanos ahorran en aplicaciones electrónicas? -Este mercado, según los últimos estudios que tenemos, está repuntando desde diciembre. Las empresas se replantean los planes que habían financiado el año pasado. Estamos ayudando al cliente con distintas formas de financiación. Nosotros no podemos ser el cobrador del frac. -Hay Administraciones que apuestan por el «software» libre, ¿cómo lo llevan ustedes? -Microsoft está abierta al software libre y cree firmemente que los usuarios van a seguir usándolo. En algunos productos habrá una convergencia. Es software libre, pero no gratis al cien por cien. -Hace unos años hubo quien escribió aquello de cómo sobrevivir a Windows 98, ahora se aplica la misma copla a Windows 7... -Las críticas a Windows 7 están siendo de momento más positivas que negativas. Los 90.000 empleados vamos probando el producto un año antes de que sea lanzado y este tiene un nivel de fiabilidad más alto. Es encender el equipo y ya está corriendo la aplicación. Esto es algo que aprecia el usuario y las empresas ven una mayor interoperabilidad.