El Gobierno investigará en el 2010 cuánto gas hay bajo el Gran Burato

ECONOMÍA

27 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, realizará durante el 2010 dos campañas oceanográficas para «determinar la cantidad de gases hidratados almacenados en el subsuelo marino gallego». Las expediciones forman parte del denominado proyecto de investigación Contouriber, en el que también participan la Universidade de Vigo, el CSIC y el Instituto Español de Oceanografía, este último el organismo que en primer lugar localizó frente a las costas gallegas el Gran Burato, el mayor cráter de origen gasista que se ha encontrado hasta ahora en el mundo.

El proyecto Contouriber tiene como uno de sus objetivos «estudiar el papel de las corrientes profundas y el subsuelo sobre el almacenamiento de hidratos de gas en el margen gallego», según explica el científico coruñés Luis Somoza Losada, geólogo del IGME. «Es un margen estratégico, ya que está afectado tanto por corrientes cálidas profundas procedentes del Mediterráneo como por corrientes muy frías procedentes de Labrador y la Antártida», explica. Actualmente, los científicos están realizando modelos en tres dimensiones con datos reales de los fondos marinos para conocer «la distribución teórica de los gases hidratados sobre los fondos gallegos». «Nuestro objetivo, como servicio geológico, es estimar las reservas de gases hidratados que se esconden en los fondos marinos bajo la soberanía de nuestra plataforma continental», explica Somoza. Para ello, el año que viene se realizarán dos campañas a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa , dependiente del CSIC.

Interés repentino

El descubrimiento de hidratos de gas, «o hielo inflamable», explica el geólogo coruñés, «ha suscitado un interés repentino tanto en la comunidad científica como en los organismos estatales dedicados a la investigación de recursos naturales, así como en empresas de explotación de hidrocarburos».

«Por debajo de mil metros de profundidad, y con unas temperaturas de las aguas oceánicas de entre cuatro y seis grados centígrados, normales por debajo de dichas profundidades, los gases que proceden del subsuelo marino se hielan y se convierten en gases hidratados», continúa Luis Somoza. Se trata de «bolas de nieve inflamables, con un alto contenido energético». En Galicia, «en las áreas en las que hemos realizado las prospecciones geofísicas y oceanográficas, tales como el Gran Burato Ergap, se cumplen estas condiciones». Además, «hay gas en estado libre que asciende desde el subsuelo». No obstante, advierte de que esto no garantiza que existan «grandes cantidades de gases hidratados», puesto que también hay «otros factores que pueden influir en el almacenamiento de dichos hidratos, tales como el tipo de fondo marino y que haya fugas y emisiones naturales».