Estados Unidos deja atrás la recesión económica más profunda de los últimos 70 años

Chris Cermak

ECONOMÍA

27 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Estados Unidos probablemente ha dejado atrás la recesión más profunda que ha sufrido en los últimos 70 años, pero la primera economía del mundo está registrando un cambio drástico, mientras que los ciudadanos aguardan un futuro incierto en el 2010.

Los consumidores estadounidenses, que durante varias décadas contribuyeron a impulsar el crecimiento en todo el mundo, están ahorrando más y pidiendo menos préstamos. Es la dura lección que han sacado de muchos años de excesos y de una crisis financiera que estuvo a punto de causar el derrumbe de Wall Street a finales del 2008. «Gran parte de nuestro crecimiento durante una década o más fue alimentado por el endeudamiento insostenible de los consumidores y una especulación financiera despiadada, mientras que ignorábamos los desafíos fundamentales que son decisivos para nuestra prosperidad económica», dijo recientemente el presidente Barack Obama. «No podemos simplemente volver a hacer las cosas como estábamos acostumbrados a hacerlo», subrayó.

El hecho de que Estados Unidos esté dando un paso atrás significa que los principales países exportadores, entre ellos China, Japón y Alemania, tienen que adecuarse a una nueva realidad: para asegurar el crecimiento en el futuro, será más importante estimular la demanda interna que exportar mercancías a Estados Unidos.

La credibilidad del modelo económico estadounidense también se ha visto erosionada por el forzado rescate estatal de los bancos. Cuando Wall Street había regresado a la zona de ganancias en el 2009, la mayoría de los grandes bancos devolvieron los préstamos de emergencia otorgados por el Gobierno, pero hicieron muy poco para recuperar su popularidad.

Se prevé que tan solo Goldman Sachs, Morgan Stanley y JP Morgan Chase gasten casi 30.000 millones de dólares en pagos en efectivo y bonificaciones accionarias a sus ejecutivos.

Aunque la economía ha comenzado a recuperarse, la reticencia de los consumidores a gastar ha disparado el desempleo a sus niveles más altos en 26 años, pese a que la tasa de desocupación bajó en noviembre al 10%.