Hidratos de gas como los que hay frente a Galicia ya se explotan en Alaska y Siberia

ECONOMÍA

La existencia del cráter indica que la cuenca genera hidrocarburo, y que se encuentra a pocos metros del fondo

22 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los hidratos de gas como los que se esconden bajo el Gran Burato descubierto a 250 kilómetros de la costa de Galicia están considerados como la principal alternativa energética al petróleo y el gas natural licuado que consumimos en la actualidad, y de hecho ya están siendo explotados en yacimientos experimentales de Alaska y Siberia. Además, hay proyectos de investigación en otros puntos del globo, como el norte de Canadá, Japón o el norte de Noruega. En España, se tiene constancia de que existen grandes bolsas en el mar de Alborán y el golfo de Cádiz.

El hidrato de gas, o gas inflamable, es, según los expertos, un sólido cristalino, similar en apariencia al hielo, pero constituido por moléculas de gas rodeadas por una malla de moléculas de agua. «Esencialmente, es hielo que contiene gas», explican fuentes de Repsol Exploración, la división de investigación del gigante petrolero español.

De momento se ha detectado la presencia de este tipo de hidrocarburo en dos tipos de ambiente: bajo el hielo permanente del Ártico, a pocos metros de profundidad, y en sedimentos marinos de los márgenes continentales, como ocurre en el caso de la costa gallega. «Es un tipo de hidrocarburo no explotado -explica el catedrático de la Universidade de Vigo Daniel Rey, uno de los descubridores de O Gran Burato-. Hay ensayos en Siberia, en zonas de Turquía. En el mundo, solo alguna empresa como la brasileña Petrobras se ha puesto en serio a trabajar en este tipo de recursos».

El problema, continúa, es que «los hidratos de gas suelen aparecer en los bordes de la plataforma continental, en taludes muy empinados, donde resulta muy difícil trabajar, aunque no es el caso de O Burato, que está en la llanura abisal». Otra dificultad añadida es la difícil extracción de un gas que multiplica por cuarenta su volumen. «Hay que aumentar de forma artificial la temperatura, y todo eso hay que hacerlo a casi 3.000 metros de profundidad. Es posible que en diez o veinte años sea una posibilidad real», augura.

Las mismas fuentes de Repsol dicen desconocer la existencia del cráter gallego y su situación geográfica: «Es un tipo de almacén de gas no convencional que nosotros no trabajamos». No obstante, explican que «la comercialidad de estos hidratos se está estudiando principalmente en la cara norte de Alaska, así como en otras áreas del Ártico».

Otras fuentes de otra empresa energética española, conocedoras de la existencia de O Gran Burato, explican que «la posibilidad de perforación de un sondeo a tal profundidad de agua es costosísima». Por ello, «tendría que existir una cierta confianza de poder encontrar una acumulación sustancial de hidrocarburo para perforar en esas condiciones». No obstante, «la fuga de gas indica que la cuenca genera hidrocarburo, y que se encuentra a escasos metros del fondo oceánico», aunque «es pronto para determinar si el tamaño de esas acumulaciones es de interés comercial».

Por su parte, el geólogo coruñés Luis Somoza, otro de los técnicos que descubrió O Burato, sostiene que «las compañías petrolíferas españolas saben de los recursos que hay bajo los fondos marinos gallegos, pero que los tienen en reserva, mientras centran la explotación en otros puntos».

Somoza, que defenderá ante la ONU que Galicia sigue siendo Galicia más allá de las 200 millas, señala que España ya tiene derecho pleno a la explotación de los recursos que pueda haber en O Burato y alrededores, dado que se encuentra dentro de la zona económica exclusiva, «en el límite, pero dentro de las 200 millas».