Menos novios para nuestras novias

ECONOMÍA

Descartadas las cajas vascas, con Camps anhelando una fusión valenciana y con la incógnita de Caja Madrid, el número de candidatos libres para una fusión se estrecha

15 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dos no se casan si uno no quiere. El refrán lo acuñó un ejecutivo bancario después de advertir la resistencia de Caixanova a una fusión gallega. La continuación de esa frase la ofrecía esta semana un veterano sindicalista gallego: «O que parece seguro é que haberá vodas, pero xa quedan menos noivos». Oficialmente, 19 de las 45 cajas de ahorros españolas han iniciado ya procesos de fusión. Pero el número de pretendientes es sensiblemente inferior de los 26 que cabría esperar de restar un guarismo del otro. Porque hay varias ya comprometidas (se da por hecha la fusión extremeña y otra en Cataluña, entre Laietana y Penedés; y la mayor firma del sector, La Caixa, permanece ajena a cualquier movimiento.

El círculo se reduce. También para las gallegas, si finalmente no se llega a una integración y se opta por alianzas en el exterior. La ficha ha de moverla la Xunta, pero esta semana el presidente gallego deslizó una novedad importante: pidió a las dos cajas que presenten una propuesta conjunta, sin especificar en qué línea ha de ir. Una manera de poner el balón en el tejado de Caixa Galicia y, sobre todo, de Caixanova.

El de Feijoo es el único Gobierno autónomo que no se ha pronunciado hasta la fecha sobre cuál es su preferencia para su sistema financiero, teniendo en cuenta los imparables movimientos -casi a uno por semana- en el mapa. De lo que sí han dicho otros presidentes se extraen nuevos descartes. Así, el Ejecutivo vasco mantiene la idea de propiciar una unión de sus tres financieras en el 2011. BBK, Kutxa y Vital juegan con una cierta ventaja porque sus niveles de solvencia y de liquidez les permitirán -salvo un desplome- seguir en solitario sin problemas.

Igual que esa Administración, la Generalitat valenciana también ha explicado su opción preferida: la integración de las grandes Bancaja y CAM, junto a la pequeña Ontinyent. Las posibilidades de que otras se hagan con ellas son reducidas.

Los requisitos

Advirtiendo lo anterior y teniendo en cuenta que el Banco de España recomienda alianzas por encima de los 50.000 millones de euros (condición que cumpliría la fusión gallega), solo quedaría una solución a varias bandas. Aunque algunas de las operaciones ya en marcha no llegan a esa cifra.

Con esas premisas, casi toda la clase alta de las cajas está ya fuera de juego. Aunque, junto a las gallegas, quedan sin emparentar algunas de tamaño medio-grande, como la aragonesa Ibercaja -una de las firmas mejor valoradas en el mercado por sus niveles de solvencia y baja morosidad- y la sevillana Cajasol. Esta última, sin embargo, ya apuntó esta semana hacia una posible alianza con la pequeña Caja Guadalajara. También Caja Murcia, aunque la cúpula de la financiera y su Gobierno regional recelan de fusiones que puedan llevarse la entidad a otro territorio.

Fuera de las anteriores (las cabeza y cola de León) quedan las pequeñas (cabeza y cola de ratón). Aunque arriba del todo hay una incógnita: Caja Madrid. La llegada de Rodrigo Rato a la presidencia es advertida por muchos analistas como un aviso de que la segunda mayor caja puede iniciar movimientos. Y el Gobierno de Madrid no descarta que pueda acogerse a los SIP o fusión virtual.