El presidente de Citroën confirma su interés por cerrar una alianza con la alemana BMW

La Voz

ECONOMÍA

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Citroën está cada vez más cerca de una alianza con la alemana BMW. Phillipe Varin, presidente de la multinacional PSA Peugeot Citroën, ha vuelto a afirmar esta misma semana su intención de «profundizar» los lazos que su compañía mantiene con BMW a la hora de compartir piezas. Hace tan solo unos meses el grupo galo ya adelantaba la probabilidad de que ambas firmas compartieran plataformas comunes para vehículos pequeños.

En declaraciones a un rotativo alemán, Varin descartó que PSA se vaya a plantear fusiones con otros fabricantes y reafirmó el objetivo de mantener su independencia, aunque, eso sí, a base de establecer acuerdos de colaboración, algo que puede verse ya materializado con Toyota (en el trío de modelos 107, Aygo y C1) o con Mitsubishi ( Outlander, 4007 y C-Crosser o el eléctrico iON, que es el mismo i-MIEV).

Hasta ahora BMW y PSA tenían motores comunes para Mini, Peugeot y Citroën, pero podría darse el caso de que el próximo modelo Mini acabara llevando la misma plataforma que el nuevo Peugeot 208. De momento, todo parece indicar que la relación entre ambas multinacionales podría iniciarse en temas como sistemas de acondicionamiento de aire, elevalunas o cierres.

¿Un BMW vigués?

En qué medida podría afectar a la factoría de Vigo una eventual alianza de PSA con el constructor alemán. De entrada, fuentes consultadas aseguran que la posibilidad de que en Vigo se fabrique algún día un modelo de BMW es muy remota, ya que las colaboraciones previstas inicialmente afectarían a las plataformas de vehículos pequeños y la factoría viguesa está especializada en la denominada plataforma dos, para automóviles altos, como es el caso de los monovolúmenes (gama Picasso) o de las furgonetas comerciales (Berlingo y Partner).

Se da la casualidad de que hace ya casi diez años, en el 2000, cuando los responsables de BMW anunciaron la intención de abrir una nueva planta en el Viejo Continente, Vigo figuró en las quinielas como posible sede de la factoría, eso sí, junto con otros 50 emplazamientos repartidos por media Europa. Finalmente, la inversión se quedó en Alemania.