El Gobierno bloquea desde hace 18 meses la autopista gallega del gas

ECONOMÍA

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El Ministerio de Industria mantiene bloqueada la tramitación de la nueva autopista del gas gallega, que enlazará Guitiriz (Lugo) con Algete (Madrid). Esa infraestructura fue calificada como de máxima prioridad tanto por Enagás, el gestor técnico del sistema, como por el gabinete de Miguel Sebastián, que llegó a considerar el primero de sus tramos, el que une Guitiriz con Lugo, como urgente. La obra fue incluida en la planificación energética nacional para el período comprendido entre el 2008 y el 2016 y aprobada en mayo del 2008, es decir, hace casi un año y medio.

Extender el conducto por los 550 kilómetros que unen la localidad lucense con la madrileña costará alrededor de 400 millones de euros, 70 correspondientes con el recorrido gallego.

La infraestructura está dividida en cinco tramos, aunque en todo este período únicamente el Ministerio de Industria ha adjudicado el tendido que unirá Villafranca del Bierzo y Castropodame. La gran demora que acumula la obra podría explicarse por el actual contexto de crisis económica y por la caída acusada del consumo energético, pero no sucede de igual manera con otras infraestructuras. De hecho, Enagás registró en los nueve primeros meses del año una cifra de inversiones récord, al gastar casi 764 millones en obras, un 42,5% más que lo invertido en el 2008. Sin embargo, la mayoría del gasto se ha concentrado en la ejecución del gasoducto que unirá la Península y Baleares y en tendidos en el Levante y en el País Vasco.

El presidente de Enagás, Antonio Llardén, se comprometió en septiembre del 2007 con el anterior jefe del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño, a acelerar al máximo el nuevo conducto, aunque únicamente ha logrado que por el momento el Gobierno le adjudique uno de los cinco tramos. Se trata del que unirá Villafranca del Bierzo y Castropodame (ambos en la provincia de León), pero aún espera la declaración de impacto ambiental favorable para poder licitar los trabajos.

Interés de varias empresas

El resto de las fases, que han sido solicitadas por varias compañías, entre ellas también el gestor del sistema, aún no han sido resueltas.

Debido a la complejidad tanto en su tramitación como en su ejecución -la enrevesada orografía gallega dificulta cualquier infraestructura-, el Ministerio de Industria ya había planificado que el primero de sus tramos no entraría en funcionamiento antes del 2012, y el resto, en el 2013. Las fuentes consultadas aseguran que, con la demora que experimenta la obra, al menos habrá que sumarle otros 18 meses más. Si bien las plantas gallegas de ciclo combinado -funcionan con gas y vapor de agua- están operando muy por debajo de su capacidad, tanto desde REE como desde la patronal gasista se han lanzado ya mensajes optimistas sobre la recuperación del mercado, lo que podría traer consigo una mayor actividad.

Además, al tratarse de una infraestructura con un plazo de ejecución dilatado, hay que tomar en cuenta que se prevé que cuando entre en funcionamiento lo peor de la crisis ya habrá pasado y el consumo se habrá reactivado. El actual gasoducto, que se inicia en Tui y culmina en Llanera (Asturias), tiene una capacidad reducida y, de hecho, se hubiera colapsado si el gestor técnico del sistema no hubiera dejado de introducir gas a través de la entrada de Tui para permitir que la planta de Reganosa distribuyese el combustible que recibe.

Ampliación de Reganosa

El nuevo gasoducto es una pieza indispensable para la potenciación de la industria gasística en la comunidad y para el proyecto de duplicación de la capacidad de la planta de Reganosa en la ría ferrolana, que también ha sido incluida en la planificación energética nacional para el período 2008-2016. La sociedad ya negocia con tres Uniones Temporales de Empresas (UTE) internacionales y una firma española la adjudicación de las obras, valoradas en 40 millones.

La intención de la sociedad -participada por la Xunta, Endesa, Gas Natural-Unión Fenosa, Grupo Tojeiro, Caixa Galicia, Caixanova, Banco Pastor y Sonatrach- es la de contratar las tareas, que no supondrán la ampliación de las instalaciones, sino de la capacidad de emitir más combustible a la red, antes de que finalice el año. Una vez iniciado, el proyecto generará trabajo en las instalaciones de la planta de gas para 500 operarios durante tres años.