Magna cede ante los sindicatos y accede a revisar su plan de despidos

Julio Díaz de Alda

ECONOMÍA

El grupo austriaco-canadiense se compromete ante el comité de empresa de Opel a reconsiderar sus pretensiones iniciales sobre la plantilla y la producción de Figueruelas.

22 sep 2009 . Actualizado a las 22:19 h.

«Los 1.672 despidos planteados por Magna para la factoría de Figueruelas no son inamovibles, se van a revisar». Así de rotundo se expresó este martes Pedro Bona, secretario de la sección sindical de UGT en la planta zaragozana, y miembro del comité reducido de empresa de Opel Europa.

Este limitado grupo, conformado por dos alemanes, un belga y el representante español, logró el lunes en un intenso encuentro con los máximos responsables de General Motors y Magna que éste último se aviniera a reconsiderar sus planes iniciales.

Tras una desmedida opacidad y falta de información hacia los sindicatos y los Gobiernos afectados, salvo aparentemente hacia Alemania, Magna comienza a explicar su proyecto para Opel, aunque siempre a cuentagotas. Lo más destacado, de lo poco que se conoce, es que la firma austriaco-canadiense ha frenado su impulso y se ha comprometido con Bona a analizar durante esta semana otras posibilidades para Figueruelas.

En el programa de ajustes presentado el pasado 29 de julio, Magna pretendía casi 1.700 despidos así como un recorte de la producción del 30% (de 465.000 a 320.000 unidades anuales) a partir de 2010. Las unidades (previsiblemente del modelo Corsa) que 'desaparecieran' de España las ganaría la fábrica de Eisenach.

Tanto las autoridades españolas y aragonesas como la plantilla tienen muy claro, y más que asumido, que cualquier futuro pasa por reducir la plantilla.

Todos los interesados en Opel, cuya matriz se declaró en quiebra antes del verano, han dejado claro que la actual plantilla del constructor europeo es insostenible. Por eso los esfuerzos se centran ahora en dulcificar los despidos que finalmente se acuerden mediante bajas no traumáticas y, sobre todo, pelear para que la producción se vea afectada.

El asunto es crucial, ya que la mejor baza de Figueruelas es su actual condición de planta más eficiente y productiva de cuantas tiene la marca. Un aval que quedaría en papel mojado si se fabricaran menos coches con el consiguiente incremento del coste por unidad.

Guerra de cifras

El desembarco de Magna como eventual nuevo propietario de Opel ha coincidido con las elecciones al parlamento alemán, lo que ha hecho que cualquier mensaje tome un cariz político.

El mismo hecho de la elección del grupo austriaco-canadiense se ha interpretado como un balón de oxígeno a Angela Merkel. Este martes, el diario germano Frankfurter Allgemeine Zeitung señaló, citando documentos de la sociedad fiduciaria que controla hoy Opel, que el recorte de personal en Figueruelas previsto por Magna será de 2.000 personas, 500 más de lo previsto.

Una información que ha molestado al comité de empresa de la factoría zaragozana que ha exigido a la dirección de General Motors que aclare el asunto. Consultado al respecto, Pedro Bona desmintió al rotativo e insistió en que «los números iniciales no han cambiado».

La continuidad de Figueruelas ha llevado a las Cortes de Aragón a aprobar una resolución unánime en la que se exige al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que medie ante la Unión Europea para que ésta vele por una negociación limpia, alejada de la política y basada siempre en el mérito industrial de cada planta.