Piden a Zapatero que medie para evitar los 1.700 despidos de Opel en Zaragoza

Agencias

ECONOMÍA

Más de 15.000 personas se manifestaron ayer contra los planes de Magna para la planta de Figueruelas

20 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Más de 15.000 personas se manifestaron ayer en Zaragoza contra la intención del consorcio automovilístico austríaco-canadiense Magna de suprimir unos 1.700 empleos en la fábrica de Opel en Figueruelas, tras adquirir hace solo una semana el 55% de la empresa fabricante alemana.

El presidente del comité de empresa de Opel en España, José Juan Arceiz, había solicitado el apoyo de la población para expresar «masivamente y firmemente» el rechazo al proyecto. La planta de Figueruelas, cerca de Zaragoza, emplea a unos 7.000 obreros.

El cortejo reivindicativo lo encabezaban ayer trabajadores de la fábrica de Opel de Figueruelas y delegados sindicales, que enarbolaban una banderola en la que se leía: « Opel y auxiliares: por un plan industrial viable. Significa empleo y futuro para Aragón» . Los manifestantes agitaban otras pancartas en las que estaba escrito: « Europa, escucha, Aragón está en la lucha» .

Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, reclamó «la implicación personal» del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para «resolver» este caso, una solicitud que compartieron también los sindicatos y otros representantes políticos que participaron en la marcha.

El constructor automovilístico estadounidense General Motors y la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron el 10 de septiembre la venta de Opel al consorcio canadiense Magna, asociado al banco ruso Sberbank, como quería Berlín.

Magna pretende suprimir en torno a 10.500 empleos, de los 50.000 con que cuenta Opel y su gemela británica Vauxhall en toda Europa. Alemania, donde se encuentran la mitad de los efectivos, debería perder en total unos 4.000 puestos, pero a cambio conservaría sus cuatro plantas de producción.

Bélgica, España y Gran Bretaña reprochan a Alemania que hubiera presionado en exceso para la venta de Opel/Vauxhall a un consorcio de componentes para automóviles, Magna, y al banco ruso Sberbank, con la única intención de salvar sus cuatro fábricas de la marca, en detrimento de otras instalaciones emplazadas en distintos países de Europa.