El comité de empresa de la central térmica de Sabón negocia una treintena de prejubilaciones con Gas Natural

ECONOMÍA

02 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Unión Fenosa S.?A. dejó de existir en el Registro Mercantil ayer. La inscripción de la sociedad compradora (Gas Natural SDG) se culminará este viernes, cuando las acciones de Fenosa dejen de cotizar y sean cambiadas a un tipo de canje de tres acciones de la firma nueva por cada cinco fenosas . En realidad, esta operación afecta solo al 4,8% del capital, puesto que el 95,2% restante ya está en manos de la gasista catalana.

La firma que preside Salvador Gabarró aún no ha decidido con qué marca comercializarán los productos del nuevo gigante energético y ha contratado a una consultora multinacional. Según fuentes conocedoras de esos trabajos se barajan dos posibilidades: que se mantenga como única marca Gas Natural, o que se cree «una nueva denominación, partiendo de cero». Los gestores solo han fijado una premisa: que se mantenga en el logo la mariposa que, desde hace años, distingue a la gasista en el mercado energético.

La culminación de la fusión también tiene repercusiones laborales. Los nuevos dueños de Fenosa mantienen contactos con los representantes sindicales para conocer el futuro de los trabajadores que se verán afectados por las desinversiones previstas en la compra de la eléctrica. Entre ellos están los de la central térmica de Sabón, uno de los activos que Gas Natural ha puesto a la venta, y para el que de momento no ha surgido comprador. El comité de empresa se reunió con la dirección de la compañía el pasado 28 de julio. Los representantes sindicales reclaman la firma de un acuerdo de garantías (similar a otros que se han pactado en operaciones similares, como la venta de Endesa), que ampare a los trabajadores ante la llegada de un nuevo dueño. En ese acuerdo, el comité pretende incluir la prórroga del convenio actual (vigente hasta el 2011) en «cuatro o cinco años más», según fuentes presentes en la reunión.

Prejubilaciones

Además, el comité plantea la posibilidad de que aquellos trabajadores de determinada edad que no quieran seguir en la central con el nuevo comprador puedan acogerse a un plan de prejubilaciones, que según las mismas fuentes podría afectar a entre 27 y 30 personas. En la reunión de julio, la empresa no se comprometió a nada y emplazó a los trabajadores a seguir las negociaciones en septiembre.

Actualmente, la central de Sabón tiene 87 empleados, que se reparten indistintamente entre el grupo térmico de fuel y el nuevo ciclo combinado de gas. La térmica está obligada a cerrar en el 2015, por cuestiones medioambientales, aunque el nuevo comprador tendrá la posibilidad de ampliar entonces el ciclo combinado. Fuentes sindicales explican que en una central de gas trabajan cuarenta personas, que podrían superar el medio centenar cuando esté instalado el segundo grupo. Quedarían, pues, unas 35 personas en el aire, que son los empleos que los sindicatos quieren salvar.