El operador de telecomunicaciones por cable Ono ha cerrado la primera mitad del año con un beneficio neto de 26 millones de euros, cifra que representa un incremento del 26,6% respecto a los 20,55 millones obtenidos en el mismo período del ejercicio anterior. El ebitda (resultado operativo) aumentó un 5,8%, hasta llegar a los 363 millones.
Los ingresos de la compañía, de 769 millones, cayeron un 4,6%; mientras que los gastos operativos bajaron un 14,4% hasta los 228 millones de euros como consecuencia del ahorro que ha traído aparejado el plan de reducción de empleo acometido por el operador en enero pasado -afectó a casi mil empleados en toda España-, una nueva estrategia de ventas «centrada en los canales más eficientes» y «la decisión de encaminar las campañas hacia el márketing directo».
Mientras tanto, el número de clientes se redujo un 2,9%, hasta los 1,835 millones. Un recorte que la firma achaca al «duro entorno macroeconómico al que se enfrenta el sector» y a su decisión de «aplicar una cuota por activación de servicio encaminada a captar clientes con vocación de permanencia» en la empresa.