Pero la arenga de reformas lanzada por el banquero francés fue aún más extensa, ya que pidió el fin de las cláusulas de revisión salarial, por las que se actualizan los salarios según la evolución de la inflación. Trichet, que considera «un problema, no a corto, pero sí a largo plazo» vincular los sueldos al IPC, abogó también por la moderación salarial y la negociación colectiva realizada a nivel de empresa.
Sobre la política monetaria del BCE, el presidente reiteró que el precio del dinero, en el 1%, es «el adecuado» para la eurozona, al tiempo que le recordó al Gobierno español que ya no tiene margen de endeudamiento por haber ido «muy lejos» en él. De ahí la recomendación de Trichet de acometer reformas estructurales para regresar a «la senda de una situación sostenible».