Adolfo Domínguez abre una tienda en Irán y prevé llegar en los próximos meses a Egipto y el Líbano

Antonio Nespereira

ECONOMÍA

02 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El diseñador ourensano Adolfo Domínguez ha decidido explorar mercados con escasas similitudes con los gustos de Occidente con el fin de incrementar sus posibilidades de negocio. Desde hace algún tiempo tiene abierta una tienda en Irán bajo la fórmula de franquicia en un local de más de 300 metros cuadrados en un centro comercial y de ocio ubicado en Teherán.

La iniciativa, plasmada a través de un acuerdo con la compañía Multimoda Caspio, obedece a un plan de expansión internacional de la firma ourensana que supondrá como retos inmediatos la apertura de nuevos establecimientos en el Líbano a finales de este año y también en Egipto, previsiblemente para el 2010.

Fuentes de la compañía señalan que para decidir la apertura de la tienda en Irán «ha sido determinante» la buena acogida que los productos de la marca han tenido entre los consumidores de Kuwait o Dubái. Los directivos de Adolfo Domínguez creen que el mercado iraní «tiene muchas posibilidades de crecimiento» y que «desde luego será mucho más rentable que abrir una tienda en París o Londres, donde está ya todo mucho más saturado».

Para satisfacer los gustos del cliente iraní, la empresa ourensana ha tenido que hacer ciertas variaciones en sus colecciones, sobre todo atendiendo a la cultura de aquel país o a otros factores como los meteorológicos.

Las prospecciones de mercado realizadas antes de abrir esta franquicia confirmaron la existencia de un público «que cada vez tiene un poder adquisitivo mayor y unos gustos que se van pareciendo más a los occidentales, aunque con matizaciones», explican dirigentes de la firma textil. Las líneas de mujer, moda juvenil o complementos como zapatos y bolsos parecen ser las que más están calando entre los consumidores iraníes.

La compañía ourensana ha decidido acometer en los últimos años una agresiva política de expansión internacional y espera completar una red de hasta 200 tiendas en un plazo aproximado de 24 o 36 meses. Todas ellas funcionarían bajo la fórmula de la franquicia, un patrón de negocio que supone «un mínimo riesgo para la matriz de la firma», según reconoce la propia empresa.