El Banco Santander lanzó ayer la primera emisión de cédulas hipotecarias del mercado bancario español en casi un año. La decisión de la entidad que preside Emilio Botín se produce una semana después de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara un programa destinado a comprar este tipo de activos, que están respaldados por los préstamos hipotecarios que tienen las entidades en sus balances.
El BCE decidió la semana pasada la compra de bonos garantizados por valor de 60.000 millones de euros. La emisión del Santander asciende a 1.500 millones. El libro del órdenes fue abierto ayer por la mañana y pocas horas después la demanda ya duplicaba la oferta. Se trata de la segunda operación de este tipo efectuada por el banco que preside Botín este año: en abril, el Santander emitió bonos a dos años, sin aval del Estado, por un importe de 1.250 millones de euros.
Estos activos han sido los más afectados por las turbulencias financieras internacionales. El estallido de la crisis subprime paralizó la emisión de titulizaciones, incluidas las cédulas hipotecarias. Tras un parón inicial, entre abril y junio del año pasado, las entidades volvieron a colocar en el mercado cédulas por más de 10.000 millones de euros. Pero el goteo de emisiones volvió a decaer y, después del gran cataclismo de Wall Street en septiembre, volvieron a desaparecer del mercado. Con todo, España ha formado parte, junto con Francia y Alemania, del grupo de países que más cédulas hipotecarias ha mantenido.
Por otra parte, el Banco Santander remitió a la CNMV una comunicación en la que anunció que ofrecerá a sus accionistas la posibilidad de recibir parte del segundo dividiendo anual en forma de acciones. La decisión, explica la entidad, se debe a las sugerencias efectuadas por algunos accionistas, y no a una necesidad de ampliar capital.