La guerra de los híper por abaratar más la leche da la puntilla a los ganaderos

ECONOMÍA

La distribución tira cada vez más de las marcas blancas para ganar clientes ante la grave recesión económica

28 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La intensa guerra que vive la distribución alimentaria por abaratar cada vez más la cesta de la compra y ganar así clientes ante la recesión económica está agravando la crisis del sector ganadero gallego. Y la leche es un gran producto reclamo, cada vez más barato. Cartones de marca blanca -de las propias cadenas- que se comercializaban al público hace un año a 0,69 euros están ahora a 0,56, mientras los productores de leche ven caer sus precios hasta 0,28 el litro, por debajo de los costes de producción.

Carrefour, Lidl, Mercadona, Día y Alcampo, entre otras, tiran de estas enseñas, y las industrias arraigadas, como Danone, Pascual, Puleva o Central Lechera Asturiana tienen cada vez más problemas para vender, lo que les lleva a bajar los precios de compra al ganadero y de venta a la distribución. Las grandes cadenas de comercialización también importan masivamente materia prima envasada fuera como marca blanca (unos 15 millones de litros al mes), por los excedentes de otros países. Esto ha llevado a que esta clase de cartones representan ya más del 55% de la distribución del consumo interior de leche líquida en España, según datos facilitados por el ministerio que lidera la gallega Elena Espinosa.

Xóvenes Agricultores, Sindicato Labrego Galego y Unións Agrarias critican también a la distribución por aprovechar los excedentes de leche de otros países europeos para hacer un negocio con un producto básico. «Esta estrategia es una forma de obtener beneficios hoy y mucha miseria mañana, porque nos vamos a cargar la economía rural», se lamentaba ayer Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias. El sector ganadero gallego denuncia la existencia de marcas blancas que se situaban ayer en supermercados de la comunidad a precios muy bajos: Milait, en Froiz, a solo 0,48 euros el litro, y Campo Nuestro, en Gadis, a 0,51 euros.

Ante esta situación, el Gobierno central está buscando un acuerdo con las grandes cadenas sobre buenas prácticas comerciales para frenar la espiral. En una reciente entrevista concedida a este periódico, la propia Elena Espinosa, ministra responsable de Medio Rural, aseguraba que «no todo vale» para ganar clientes, y alertaba del grave riesgo que corre el origen de la cadena de valor si se convierte la leche en un producto reclamo cada vez más barato.

El declive del sector lácteo, que ha llevado a las ganaderías a sufrir la peor crisis de rentabilidad en 20 años, ha generado un clima de tensión sin precedentes en el campo. Para el 8 de mayo hay previstos actos de protesta en las cabeceras de comarca y no se descarta una gran tractorada para finales de mes. Desde la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias se recuerda que el problema no solo está en la distribución, que saca tajada de excedentes europeos, sino en las propias industrias que traen leche de fuera y se la venden a las cadenas a un precio lo suficientemente bajo como para hacer del cartón un reclamo. Los sindicatos creen que es inadmisible que ocurra eso mientras queda leche sin recoger.

Las tres centrales demandan al Gobierno central un plan de choque que rompa esta dinámica. Y amenazan con desatar una campaña de movilizaciones si no hay cambios. Las últimas declaraciones de Jesús Lence, dueño de Leite Río -en las que aseguraba que el sector productor precisa una reconversión y que no pasaría nada si cierran 2.000 granjas- han desatado una ola de críticas entre los ganaderos. Leandro Quintas, uno de los principales productores gallegos, lo acusó ayer de «falta de sensibilidad social» ante la grave crisis del campo gallego.