Proyectos anunciados que no encajan en el papel

ECONOMÍA

18 dic 2008 . Actualizado a las 19:46 h.

El retraso en la elaboración de la lista definitiva que fijará los parques admitidos a trámite se debe a la dificultad para encajar proyectos que ya han sido defendidos políticamente y cuya idoneidad técnica no está clara, según explica una fuente del sector eólico bien informada sobre lo que ocurre estos días en la Consellería de Innovación e Industria.

Otra fuente diferente confirma que aquí es donde han encallado los técnicos: «Hay repartos defendidos, algunos desde hace dos años, y vinculados a planes industriales que han sido anunciados por la propia consellería, que a la hora de la verdad, cuando un funcionario tiene que firmar una resolución, no encajan en el papel, porque en esa misma zona hay un proyecto que quizá es mejor».

Mediciones de viento

Las peticiones de información de las últimas horas podrían ir destinadas a dar empaque jurídico a estos proyectos. El pasado lunes, técnicos del Inega recababan aún información sobre las curvas de potencia de las máquinas de algunos aspirantes. Con esos datos, y las mediciones de viento, se puede saber la viabilidad de un parque. Los datos del viento que sopla en cada área es una de las principales dificultades que tienen los nuevos candidatos para competir con los eólicos ya establecidos, que llevan muchos años con medidores instalados en el monte.

Otro tema sin cerrar es el compromiso de las empresas para cumplir con los planes industriales en el caso de que reciban, como es previsible, menos potencia eólica de la solicitada. Muchas firmas han recibido llamadas en los últimos días para saber si con una cantidad menor de megavatios seguirían interesadas en cumplir sus compromisos. Otras empresas aseguran no haber recibido esa llamada. «Hay aspirantes que más o menos ya saben lo que tienen, y la mayoría no tenemos ni idea», llega a decir un operador.

En el sector eólico también se cuestiona la experiencia de la gente que está trabajando en el concurso a la hora de hacer frente a un proceso de semejante volumen. El grupo de trabajo que se encarga de revisar los proyectos (tres cargos dependientes de Innovación), está auxiliado por media docena de asesores que son personal laboral del Inega y otros tantos de la propia consellería.

Las fuentes aludidas ponen en duda la capacidad técnica del Inega para estas labores, sobre todo cuando su personal tiene que lidiar con solicitudes que suman más de 30.000 megavatios. El Instituto Enerxético ha afrontado además este proceso con una nueva dirección, tras la dimisión hace menos de un año de Xoán Doldán por discrepancias relacionadas con el concurso eólico. Respecto a los empleados de Industria, Fernando Blanco siempre se ha quejado de que su departamento es el menos dotado de la Xunta.