Grandes fortunas gallegas, a salvo del escándalo «afortunadamente»

ECONOMÍA

16 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Amancio Ortega, Rosalía Mera y Manuel Jove han esquivado «afortunadamente» el fraude multimillonario protagonizado por Bernard Madoff, según confirmaron portavoces de las empresas familiares de las grandes fortunas de Galicia.

Fuentes financieras calificaron de increíble que se produjese el escándalo sin que nadie se percatara de ello, teniendo en cuenta el tipo de inversores a los que Madoff captaba. «Es el timo de la estampita. Una típica estafa piramidal que se ha descubierto porque el año es malo y los inversores están reclamando reembolsos», argumenta un experto, quien apunta que Madoff, de 70 años, podría «haberse retirado, o muerto, sin que nadie descubriese nada».

Si bien hay profesionales de la gestión que entienden que los hedge funds no implican asumir un alto riesgo («relacionamos este tipo de inversión con mercados emergentes o materias primas», argumentan), otros creen que se trata de una apuesta muy especulativa. Sin embargo, todos coinciden en que este tipo de vehículos de inversión están liderados por profesionales de reconocido prestigio, por «gestores estrella, con una reputación excepcional, que son capaces de lograr resultados positivos incluso en las condiciones más adversas. Ese era el caso de Madoff, cuyos fondos gestionaban tal cantidad de dinero que estaban «cerrados» a nuevos inversores. Solo se abrían para «unos pocos elegidos». Por ello, el impacto del escándalo a «nivel del inversor de a pie será limitado», explican.

Al tratarse de profesionales estrella, suelen montar su propia sociedad -normalmente en colaboración con bancos en los que trabajaban con anterioridad-, que por regla general tiene una característica clave: su opacidad. Estos hedge funds suelen estar domiciliados en paraísos fiscales, lo que les permite desarrollar estrategias que no son posibles en los mercados tradicionales., como comprar y vender títulos superando los coeficientes de financiación exigidos por los reguladores.

En paraísos fiscales

Madoff tenía fondos domiciliados en paraísos fiscales, pero además tenía réplicas de esos mismos fondos en países con legislaciones transparentes. Así conseguía que sus clientes tuviesen acciones internacionales, lo que les permitía no tributar por un 15% de rentabilidad (es la calculada por las autoridades españolas para los paraísos fiscales), sino por las pérdidas o los beneficios que declarase la sociedad.