La actividad económica alemana había dado sorprendentes señales de vigor a comienzos del año cuando registró un incremento del PIB del 1,4%. Pero la locomotora europea comenzó a quedarse sin combustible a causa de una caída en la actividad de sus mayores mercados exportadores. Los pedidos de la industria se desplomaron un 8% en septiembre, la mayor caída desde que Alemania se unificó en octubre de 1990, mientras que la producción de este sector básico retrocedió un 3,5%.
«La economía alemana se estancó a mediados del 2008, afectada por la fortaleza del euro y los elevados precios del petróleo», señaló el economista jefe del Bank of America, Holger Schmieding.?