La falta de un plan de gestión del Sil abre la puerta a una docena de nuevas centrales

ECONOMÍA

El ministerio cree que la balsa prevista sobre el cañón afecta al paisaje y al ecosistema de forma importante

14 oct 2008 . Actualizado a las 11:39 h.

La Xunta de Galicia podría tener capacidad para vetar los proyectos hidráulicos previstos para los cañones del Sil si dispusiera de un plan de gestión del espacio protegido, algo que ahora mismo no ocurre. Esta es la principal conclusión que se extrae de una respuesta dada por el Ministerio de Medio Ambiente al senador del BNG Xosé Manuel Pérez Bouza, en la que se detalla que son ya una docena los nuevos aprovechamientos solicitados por las eléctricas en la cuenca Miño-Sil.

La Xunta se ha opuesto reiteradamente a los planes de Fenosa e Iberdrola para construir nuevas centrales en los dos grandes ríos de la comunidad. Incluso el Parlamento gallego aprobó hace diez días una moción unánime en la que se opone a cualquier nuevo aprovechamiento en la cuenca. Pero la capacidad de la Administración autonómica queda limitada a un informe no vinculante que debe de elaborar la Consellería de Medio Ambiente. La razón es doble: por una parte, la energía hidráulica de más de cincuenta megavatios (las grandes presas) no se encuentra dentro del régimen especial, de competencia autonómica, sino que depende de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, de titularidad estatal. Además, la cuenca es intercomunitaria (el gran afluente nace en el pueblo leonés de La Cueta), por lo que también las minicentrales escapan del control de la Xunta.

Cuando una eléctrica solicita una concesión hidráulica, el Gobierno gallego apenas puede hacer un informe no vinculante a través de la Consellería de Medio Ambiente. No obstante, en su respuesta a Pérez Bouza el Ejecutivo central aclara que, «en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental que afectan a espacios naturales protegidos», el papel de la comunidad autónoma «va más allá de un mero agente emisor de informes no vinculantes».

En el caso «de espacios naturales protegidos que disponen de plan de gestión u otra normativa de regulación de los usos y actividades -continúa la respuesta oficial-, es esa normativa la que debe aplicarse a las actuaciones que pretenden realizarse en su interior». Fuentes del departamento que preside la ourensana Elena Espinosa matizan que, cuando existe un plan de gestión, «prevalece sobre las competencias y se tienen en cuenta sus criterios por un procedimiento inmediato». «Si no existe, se piden los informes y el proceso no es tan instantáneo», explican las mismas fuentes.

Un plan «canto antes»

El senador del Bloque ha instado al Ejecutivo central a que, «con independencia das competencias, sexa sensible á opinión política de Galiza». Además, Pérez Bouza cree necesario que la consellería que dirige Manuel Vázquez redacte «canto antes un plan de usos e aproveitamentos para a conca Miño-Sil». En su opinión, este plan de gestión debería de estar ya en vigor, más teniendo en cuenta que los planes de las eléctricas se conocen desde hace años.

Fuentes de la consellería aseguran que la Xunta siempre ha informado en contra de todos los aprovechamientos hidráulicos en la cuenca, y hasta ahora sus opiniones han sido tenidas en cuenta por el Gobierno central.

La respuesta del ministerio al senador del BNG ha servido además para destapar hasta una docena de proyectos hidráulicos en tramitación en la cuenca Miño-Sil. La mayoría son pequeños saltos que están pendientes de la declaración de impacto ambiental. Fuentes de las eléctricas implicadas aseguran que estas minihidráulicas son sobre todo proyectos abandonados, que jamás se harán. Otras fuentes explican que las empresas renuevan las solicitudes de este tipo de instalaciones para no perder las concesiones, y con la intención de utilizarlas como moneda de cambio para obtener el visto bueno en otros proyectos.

Centrales de bombeo

El listado de aprovechamientos hecho público por el ministerio incluye también nuevas centrales en los embalses de San Estevo (de Iberdrola, y cuyas obras ya han comenzado), Belesar y Os Peares (Fenosa). En estas dos últimas presas, la firma que todavía preside Pedro López Jiménez proyecta dos centrales reversibles de bombeo, que permiten devolver el agua río arriba en momentos de baja demanda eléctrica (y en consecuencia, de tarifas más bajas), para volver a turbinarla río abajo en momentos de gran consumo.

En la respuesta parlamentaria, el Gobierno se refiere también al proyecto de Iberdrola en Ribas de Sil. Se trata de una central de bombeo similar a las anteriores, pero que almacena el agua en una balsa que habría que construir en la parte alta del cañón. La obra está pendiente de la declaración de impacto ambiental, pero el ministerio que dirige Espinosa ya advierte en su respuesta de que esta instalación supone «una afección muy importante sobre ámbitos no alterados, de una gran magnitud y relevancia en el paisaje y en el ecosistema».