Larsa, Torras, José María Cuevas, Tojeiro o Iberpapel no lograron abrir la papelera gallega

La Voz

ECONOMÍA

28 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Abrir una gran papelera en la mayor potencia forestal española es una idea vieja. Para algunos, no tan rentable siendo Galicia una periferia de todavía difícil acceso. Para otros, en cambio, todo un reto industrial que la comunidad acabará acometiendo algún día.

En los últimos tres decenios, hasta seis intentos se han ido frustrando por distintos avatares. El flirteo gallego con la fabricación del papel, que cerraría el ciclo productivo de pasta iniciado por Ence a principios de los años sesenta en Pontevedra, arrancó en 1974. El entonces propietario de la lechera Larsa, José Rodríguez, diseñó una papelera en Foz. El proyecto fracasó por falta de subvenciones y dudas con los socios tecnológicos.

Quince años más tarde, en 1989, Ence se alió con José María Cuevas, ex presidente de la CEOE, con la papelera Torras; el presidente de Gadisa, Roberto Tojeiro y con la alemana Fedmülhe, en una sociedad denominada Eurogalicia Forestal, que planteó su fábrica en As Pontes. La idea se vino abajo tras quebrar el grupo KIO, propietario de Torras.

Casi en paralelo, el cuarto proyecto, Papelga, integrado por la finlandesa Tampella y la española Iberpapel, también terminó en humo, al no obtener las subvenciones esperadas de la ZUR (zona de urgente reindustrialización).?

Ence, el más tenaz

Más tarde fue de nuevo Ence quien buscó una alianza con Colhogar que terminó bloqueada por el Ayuntamiento de Pontevedra, opuesto radicalmente a una autorización para la instalación de una papelera en el complejo Lourizán. La contestación social frustró hace poco más de dos años el intento de Caixa Galicia por cerrar el ciclo de Ence con la producción del papel. Y, en medio, la cooperativa de 956 madereros Cofogar también lo intentó sin éxito en Ferrol.