El contrato lácteo durará al menos seis meses, el doble que el de Madrid

ECONOMÍA

Galicia es la primera autonomía en impulsar un marco que fija índices objetivos para referenciar los precios

24 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El modelo de contrato homologado suscrito por las industrias y los productores gallegos tendrá una duración mínima de seis meses, el doble que la propuesta firmada en Madrid, lo que dará una mayor estabilidad y seguridad al sector productor de esta comunidad.

Pese a la fuerte oposición de la industria láctea de fuera de Galicia -Puleva, Pascual, Nestlé, Danone, Lactalis y Capsa dieron la espalda a la Xunta-, esta autonomía ha logrado impulsar un modelo ajustado a las singularidades gallegas, que cuenta con informes jurídicos favorables y que fija, por vez primera, una serie de índices de carácter objetivo para referenciar los precios que, a título individual, acuerden los productores y las industrias.

Esta es la principal diferencia entre el modelo de contrato gallego y el aprobado en Madrid, que no establece variables para la fluctuación de los valores. Por eso ha contado con el beneplácito de las grandes multinacionales que se abastecen de materia prima en Galicia y que apuestan por un marco flexible, en el que asumen pocas obligaciones y mantienen gran parte de su poder para establecer las condiciones de forma unilateral.

Los índices que servirán para referenciar los precios en Galicia son los publicados por el Observatorio do Sector Lácteo Galego. Destacan, por ejemplo, la estructura de costes de producción de las explotaciones; las calidades del producto y las oscilaciones de oferta y demanda en los mercados. A esto se suma que el contrato gallego incluye un modelo de recibo y un sistema de pago. Esto supondrá el final de un anacronismo que ha caracterizado las relaciones entre ganaderos e industrias: el cobro de las entregas a mes vencido y sin conocer el importe real. El modelo de contrato gallego cuenta con el respaldo de cuatro industrias (Río, Feiraco, Celta y Queixerías Prado) que recogen un 55% de la leche que se produce en Galicia y con el apoyo también de una gran parte del sector productor: Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca). Pero entre el contrato aprobado en Madrid y en Galicia existen otras diferencias: el modelo gallego establece el compromiso de constituir una comisión de seguimiento y, en caso de desacuerdo entre las partes, Medio Rural puede ejercer de árbitro sin necesidad de recurrir a la Justicia. El contrato suscrito en Madrid remite directamente a la vía judicial en caso de desavenencias.

La Xunta volvió a mostrar ayer su predisposición a que una parte de las industrias que han rechazado el modelo puedan firmarlo en un futuro. Pero las industrias asociadas a la Fenil, que anteayer se levantaron de la mesa en Galicia, no cambiarán de postura fácilmente. La patronal insiste en que no tiene sentido aprobar marcos autonómicos cuando existe una fórmula general válida para todas las comunidades. Y mantiene esta postura pese a que Galicia produce más de un tercio de la leche que se transforma en todo el Estado.