Los empleados gallegos del BBVA tuvieron acceso ayer a los detalles de la reorganización interna iniciada la semana pasada por el banco que preside Francisco González, conocida también como Proyecto Clima. La principal novedad es que el recorte de cargos intermedios afecta, además de a directores y subdirectores de zona (puestos que solo en Galicia se reducen a la mitad) a los gestores comerciales y a los interventores de las oficinas. Este último puesto, conocido también como apoderado y, formalmente, como «jefe de gestión y atención al cliente», desaparece como tal. Los que hasta ahora eran los segundos de a bordo de las sucursales se mantendrán como «técnicos administrativos» en las oficinas cabeceras (los recién creados «centros de banca comercial», desde los que un director pilotará una red de cinco o seis oficinas pequeñas) o serán degradados a «gestores comerciales con poderes». También se suprimen uno o dos puestos de gestor comercial por sucursal, mientras que los directores de las oficinas dependientes continúan, de momento.
Para hacer viables los cambios, el banco afrontará un proceso de jubilaciones y prejubilaciones entre la mayor parte de empleados de más de 50 años. Los profesionales que cambian de destino mantendrán, al menos hasta junio del año que viene, sus sueldos y retribuciones variables, según la empresa. Los cambios serán efectivos desde este viernes en la dirección de zona de A Coruña. En Santiago, Ourense y Vigo (las otras cuatro zonas en las que queda dividida Galicia tras la reorganización) se harán el día 18.
La empresa informó ayer a los sindicatos qde ue, al margen de estos cambios, no habrá otras reducciones de plantilla, y justificó las medidas por la necesidad de mejorar la rentabilidad y la cercanía al cliente.