La resurrección de un gigante

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

30 jul 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

VIGO | Su actividad no tiene rival en Europa. Escondido en sus viejas instalaciones del polígono porriñés de As Gándaras, el grupo Censa resiste como uno de los cuatro gigantes del mundo en la fabricación de grandes piezas para la minería y el sector petroquímico. Nacido en 1965, este inmenso taller de calderería vivió su esplendor con el despegue del naval vigués y sorteó la reconversión apostando por el sector nuclear, las centrales hidráulicas o la industria petrolera. Santaz Censa tenía entonces 500 operarios, y era la primera referencia mundial en su sector.

El ocaso comenzó a finales de los noventa. Su escasa renovación tecnológica, una gestión deficiente y varios reveses del mercado -pedidos millonarios que acabaron en fiasco- desplumaron la gallina de los huevos de oro.

En el 2003, la deuda con acreedores, entre ellos la Xunta y la Seguridad Social, superaba los ocho millones de euros. La firma estaba en quiebra técnica. Cuatro años después, se ha obrado el milagro de la resurrección. La entrada en el capital del grupo Hinverhismex, propiedad del presidente del Celta, Carlos Mouriño Atanes, un nuevo equipo, y mucha puntería, lograron reflotar la nave. El timonel que evitó la zozobra se llama Javier Gómez, un gerente que apostó por quedarse cuando la mayoría se batía en retirada. Procedente de Indugasa y con amplia experiencia en el sector, tanto en A Coruña como en Vigo, Gómez devolvió a Censa a sus orígenes. Volcó los grandes contratos en el sector de la minería y buscó los mejores clientes del mundo. Además, encontró el oxígeno financiero que le faltaba al pulmón de Censa en el sector eólico.

La calderera porriñesa fabrica hoy torres de aerogeneradores para Gamesa, Ecotecnia o Acciona, aunque la eólica sea sólo un 3% de su cuenta de explotación. La clave ha sido recuperar la confianza de los sectores cementero y minero. «Costó muchos viajes y, desde luego, muchos ajustes internos», reconoce el gerente.

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