Los sellos de Afinsa apenas cubren el 10% del dinero invertido por los clientes

J. A. Bravo MADRID

ECONOMÍA

La Justicia considera que la empresa es «inviable», con un agujero de 1.823 millones Los activos de la firma filatélica intervenida tienen un valor de 613,4 millones de euros

12 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El agujero de Afinsa, revisado y ampliado por sus tres administradores judiciales, asciende en la actualidad a 1.823,5 millones de euros, lo que los lleva a estimar que «no resulta posible plantearse, siquiera hipotéticamente» que sea viable, por lo que sólo restaría realizar su disolución de forma ordenada ante una situación de quiebra técnica irrecuperable. Así lo afirman estos gestores nombrados por el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid en su informe sobre la situación patrimonial de la empresa -inmersa en un procedimiento concursal-, donde se señala también que el valor de los 150 millones de sellos que obran en su poder apenas cubrirían el 10,32% (248 millones de euros) del dinero comprometido con los clientes que invirtieron en la compraventa de las estampillas mediante contrato.? De hecho, eso sería sólo en el mejor de los casos, a través de su venta minorista (es decir, uno a uno en el mercado), algo que en estos momentos parece imposible dada la importante devaluación que ha sufrido este negocio y los muchos años que se tardaría en obtener una cierta rentabilidad. Los peritos de la administración concursal y los propios expertos de la patronal filatélica Anfil coinciden en que, de recurrir a otros métodos de enajenación, el panorama para los clientes sería aún peor. En la liquidación vía subasta apenas se recuperaría un 0,9% de lo invertido, si bien tiene la ventaja de ser el método más rápido, mientras que la venta mayorista (en paquetes a otra empresa del sector) devolvería el 2,7%, eso sí, tras un período de cinco a diez años. Malas noticias Las malas noticias para los clientes de Afinsa, que hace casi un año veían cómo la firma era intervenida por la Justicia ante las irregularidades descubiertas, no acaban aquí. Si se suman todos los activos de la sociedad -la numismática (monedas y medallas antiguas), obras de arte (cuadros y esculturas), joyas (diamantes), inmuebles y otros valores, además de la propia filatelia-, tan sólo se cubrirían una cuarta parte de las deudas acumuladas (el 25,2%), ya que estos activos valen 613,4 millones de euros, frente a unos pasivos que suman 2.437 millones. Dado que la empresa tenía suscritos unos 190.000 contratos, cada uno obtendría una media de 3.200 euros, la mitad del dinero que, según se estima, habría desembolsado un inversor medio. El problema es que para resarcirse con esos 613 millones de euros también hay un orden de preferencia. Según la prelación de acreedores que estable la ley concursal, los llamados créditos contra la masa (que incluyen las costas judiciales, el sueldo de los administradores y los salarios de los trabajadores, que suman 1,1 millones de euros hasta ahora) tendrían prioridad en el cobro. Hacienda y la Seguridad Social también figuran antes en esta lista (en el primer caso, habría que añadir las multas multimillonarias por posibles delitos fiscales).