Las sociedades de inversión de los ricos, en el ojo del huracán

Mercedes Mora REDACCIÓN

ECONOMÍA

Análisis | La pugna por el control de las Sicav Una campaña masiva de inspecciones trata de determinar si las firmas que canalizan las inversiones de las grandes fortunas han deducido impuestos de manera incorrecta

06 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Las polémicas sociedades de inversión de capital variable (sicav), el instrumento más utilizado por las grandes fortunas españolas para canalizar sus inversiones, atraviesan uno de sus peores momentos. La Agencia Tributaria ha sembrado el miedo en el sector con más de 300 inspecciones sobre este tipo de firmas. Y es que las primeras actas han ratificado los temores de los gestores de las sicav: Hacienda ha decidido entrar de lleno en el centro de la polémica que tradicionalmente han suscitado estos instrumentos de inversión: el uso de los llamados mariachis . La ley exige que estas firmas estén compuestas por un mínimo de cien inversores, un requisito destinado a evitar que los grandes patrimonios gestionen a su antojo las sicav. Los inspectores aseguran que para sortear este impedimento muchas sociedades han incorporado a 99 hombres de paja -conocidos en el sector como mariachis -, para no restar poder a la persona para la que realmente se crea la sicav. La forma de comprobarlo, según los inspectores, es muy sencilla. Y es que, pese a que haya cien inversores, es muy habitual que los derechos de voto en la firma los aglutine una sola persona, debido a que acapara la práctica totalidad del capital de la sociedad. El castigo fiscal contra esta práctica es muy severo: mientras que las sicav tributan al 1% en el impuesto sobre sociedades, las firmas que hayan usado mariachis deberán hacerlo al 35%, tal y como hacen el resto de las empresas. Es decir, que Hacienda les exige el pago adicional de los 34 puntos restantes sobre los resultados obtenidos. Los inspectores fiscales consideran que el hecho de que una Sicav esté controlada por un pequeño número de accionistas la inhabilita como institución de inversión colectiva y, por lo tanto, no debería tributar al 1 sino al 35%. Diferencias de criterio No piensa lo mismo la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que, por boca de su presidente, Manuel Conthe, ha asegurado que la actual normativa no delimita porcentajes de participación máxima en una Sicav. «Desde la comisión no creemos que por ley exista un límite a la participación de un accionista concreto, ya que la legislación admite plenamente Sicav que estén controladas por grupos familiares», aseguró Conthe en un entrevista concedida recientemente a la agencia Efe, en la que incidió en que «la cuestión es que sean cien accionistas». Conthe confió en que el nuevo reglamento de fondos de inversión que ultima el Gobierno no cambie estos requisitos. En opinión del presidente de la CNMV, sería un «grave error» que, tras haber logrado que numerosas Sicav se asienten en España, se cambiara el régimen «favorable» y «de neutralidad fiscal» que disfrutan y pudieran trasladarse a otros mercados. «No se trata de un privilegio sino de una especie de remansamiento fiscal», aseguró. Competencias El organismo que preside Manuel Conthe también ha comunicado ya al sector que dejará claro que es la CNMV, y no la Agencia Tributaria, la que debe decidir qué es una sicav y, por lo tanto, cuáles tienen derecho a beneficiarse del ventajoso sistema fiscal de estas sociedades. Por su parte, la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado insiste en que el levantamiento de actas contra algunas Sicav no supone ningún conflicto de competencias entre la Agencia Tributaria y la CNMV y rechaza argumentos extratributarios para justificar «flexibilidad» en los requisitos exigidos a estas sociedades. Aduce que no se pueden admitir argumentos ajenos a lo estrictamente tributario o técnico, como que «el dinero se marchará fuera, a Luxemburgo».