Empresas gallegas reservan suelo en los nuevos polígonos para especular

M. Blanco / Manuel V. Sola REDACCIÓN

ECONOMÍA

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Varias compañías han hecho este año negocios muy jugosos con la venta de sus terrenos El precio de las parcelas en Vigo y A Coruña ha subido hasta un 3.000%.

13 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Naves al precio de chalés. La falta de suelo en los cinturones industriales de A Coruña y Vigo ha disparado el precio de los terrenos en los polígonos hasta niveles privativos para las empresas. En apenas siete años, el coste del metro cuadrado en el polígono de Mos se ha encarecido un 3.300%, un 1.000% en el de As Gándaras (O Porriño) o alrededor de un 500% en los casos de A Granxa (O Porriño), Sabón (Arteixo), A Grela (A Coruña), Espíritu Santo (Cambre) o Coirós. En todas estas zonas el escenario es idéntico. Las compañías que quieren comprar suelo en el entorno de estas dos ciudades no pueden porque no hay y las que lo tienen, y están dispuestas a vender, aprovechan la coyuntura para pedir precios mucho más altos de los que pagaron por sus parcelas. En parques empresariales como el de Sabón, As Gándaras, A Grela, A Granxa o Bouzas, el coste del metro cuadrado ha alcanzado los 300 euros, muy superiores a las 5.000 pesetas de media que las empresas pagaron a finales de los noventa por instalarse en estas áreas. Esta coyuntura erosiona seriamente la competitividad de estos dos polos industriales (un hecho que se ha traducido en la pérdida de inversiones en detrimento de Levante o Portugal), pues al coste del suelo hay que sumar la edificación del mismo, que, según expertos en gestión de polígonos, puede alcanzar los 300 euros de media por metro cuadrado. Aparece la especulación Sea como fuere, lo cierto es que la revalorización del suelo industrial en Vigo y A Coruña ha venido acompañada, además, de un nuevo fenómeno: la especulación. Enrique Corredoira, secretario de la Fegape (la patronal gallega de los parques empresariales), y Manuel Pose, alcalde de Arteixo, coinciden en este diagnóstico. Prueba de ello es la aparición en el mercado gallego de una nueva figura, la del especulador. Y como muestra, un botón: varios empresarios de la comunidad han reservado suelo por más de 300.000 metros cuadrados (equivalente a la superficie que ocupa Citroën en Vigo) en el gran polígono industrial de Salvaterra do Miño. Su objetivo es evidente, quieren obtener cuantiosas plusvalías con la venta de unos terrenos que valen oro puro. En el nuevo polígono de Morás -situado en Arteixo y que ocupará seis millones de metros cuadrados cuando esté todo construido-, está ocurriendo algo similar, hasta el punto de que el Concello ya ha recibido una demanda de terreno tres veces mayor a la que va a ofertar en la primera fase del parque, de unos 1,4 millones de metros. De todos modos, el regidor de este municipio coruñés matiza que no se trata de firmas con un interés especulador, sino de empresas que quieren terreno al lado de una infraestructura llamada a vertebrar la economía de A Coruña y su comarca en menos de una década: el puerto exterior de Punta Langosteira. En realidad, obtener suelo en los nuevos polígonos va a ser tan buen negocio como vender el que ya existe. Viza Automoción, que ha trasladado su producción a O Porriño, acaba de vender sus antiguos terrenos en Vigo, una parcela de 20.000 metros cuadrados, por la friolera de ocho millones de euros. Otra firma que figura en todas las quinielas para ingresar una buena cantidad de euros con la venta de sus terrenos es Arteixo Telecom, que ha trasladado su producción de Sabón a Narón y que ya tiene prácticamente cerrada la operación.