«Por la mañana soy arquitecto y por la tarde, viticultor, mis dos grandes pasiones»

VILA DE CRUCES

Ramón Blanco tiene su estudio junto a Iván Terán en la capital compostelana, y gestiona la bodega Castrobrey, en Vila de Cruces, fundada hace 41 años
02 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Divide su tiempo entre dos actividades que requieren mucha dedicación y, aún más, atención y pasión. Ramón Blanco, asturiano de nacimiento, reconoce ser un privilegiado: «Tengo la gran suerte de dedicarme a mis dos pasiones: la arquitectura y la vitivinicultura». Ramón, que comparte estudio de arquitectura en Santiago con Iván Gutiérrez de Terán, tiene entre sus proyectos la rehabilitación de la Casa das Máquinas, el pabellón de Fontiñas, el parque tecnológico de Gijón, el restaurante Lume y diversas casas construidas con el sistema de eficiencia energética passivhaus.
«Por la mañana soy arquitecto, y por la tarde, vinicultor y sumiller», ironiza. En la arquitectura, Ramón considera que la clave para «lograr la plena satisfacción del cliente, pero también la nuestra, es que haya filin entre las dos partes. Nosotros hacemos un cásting al cliente. Si nuestra idea de trabajo no encaja en lo que quiere el promotor, seguramente se produzcan problemas. Es como en cualquier faceta de la vida», apunta. Blanco reconoce que dedicarse a sus dos pasiones solo es posible «durmiendo poco y gracias a mi socio en el estudio, que es increíble, y al equipazo de la bodega, que son de diez». La arquitectura llegó primero a su vida, y la bodega, después, por medio de su mujer. «La conocí en la biblioteca», bromea.
La bodega Castrobrey, que igual que sus viñedos está en Vila de Cruces, comenzó su andadura hace 41 años, de la mano de José Castro Brey, fallecido en el 2001 y que desde el primer momento «invirtió en las más modernas tecnologías», y de Isabel Pereiro, que son los abuelos de su mujer. Ahora, con una tercera generación al frente, Ramón es su principal embajador y divulgador de estos caldos cruceños.
«Cuando estoy en el viñedo, me olvido de todo». Reconoce que su experiencia era escasa cuando llegó al sector de los vinos, pero, destaca, «los gallegos sois increíbles y generosos a la hora de enseñar». Los caldos de Castrobrey se sitúan entre los principales referentes de la Denominación de Origen Rías Baixas. Se vende en una quincena de países, y puede encontrarse también en la vinoteca de la Praza de Abastos de Santiago. La bodega Castrobrey es «la única en la subzona del Ulla en la provincia de Pontevedra. Tiene 2.000 cepas por hectárea y más de ocho hectáreas», según comenta Blanco.
«Sin palabras»
Entre sus caldos destaca el albariño —«Sin palabras»— de cepas de más de medio siglo de existencia y los de la colección del mismo nombre, en la que hay un crianza con una maduración de seis meses en barrica de roble o otro en una ánfora de barro. El viñedo tiene diversas variedades de albariño y también con treixadura y godello de cepas de 50 años de antigüedad, y otro vino de mencía, caíño tinto y brancellao de cepas de entre dos y tres décadas desde su plantación. Algunos de sus añadas han conseguido ya premios en distintos certámenes durante la trayectoria de esta bodega cruceña.