Cien días sin mucha gestión y con dificultades en Forcarei y Cruces

Javier Benito
javier benito LALÍN, A ESTRADA / LA VOZ

VILA DE CRUCES

miguel souto

En los dos municipios donde hay gobiernos en minoría se constatan los primeros escollos con quienes apoyaron la investidura y en el resto aún hay pocas iniciativas

22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En los concellos donde se apuró la posibilidad de un pacto con mayoría absoluta se ha podido constatar que el mandato será complicado. Mañana se cumplen cien días de las nuevas corporaciones, sin grandes sorpresas en forma de anuncios o proyectos, con el verano como atenuante o la bisoñez en municipios con caras nuevas en las alcaldía. Solo esas disensiones más o menos encubiertas tanto en Vila de Cruces como en Forcarei protagonizan la vida política municipal en este arranque de legislatura.

En el caso forcaricense, la nueva alcaldesa socialista, Verónica Pichel, parece dispuesta a coger el toro por los cuernos con una de las cuestiones más delicadas, el Servizo de Axuda no Fogar (SAF). Ya hubo reunión esta misma semana de todas las partes implicadas. Y estuvo activa junto a su equipo para evaluar proyectos en marcha, en algunos casos retocando lo previsto por el PP, como en el gimnasio de Forcarei o el futuro museo de Soutelo de Montes. A pesar de ello la sintonía con el BNG, que facilitó su investidura, no termina de fraguar, como tampoco en su día que accediesen al gobierno local. Pudo constatarse en el pleno del pasado jueves, donde se dejó en suspenso el primer reglamento orgánico de la historia municipal ante las discrepancia de socialistas y nacionalistas. Mientras, el PP empezó a adaptarse a su nuevo papel de oposición, aún sin mucha carga en sus críticas.

En Vila de Cruces la tensión también parece asentarse en el marco político, en este caso principalmente entre bipartito -Xuntos polo Noso Concello- y BNG, que facilitó su investidura. La formación nacionalista ya se mostró crítica con decisiones del gobierno cruceño. Ya el pleno de organización se alargó en el tiempo, celebrándose el 15 de julio, en busca de algún consenso previo que no llegó en torno a las dedicaciones de los concejales o la dedicación para un asesor. El gobierno se ha visto cuestionado a dos bandas, tanto desde la formación nacionalista como desde las filas populares. Por el momento a nivel de gestión se está acometiendo proyectos pendientes ya del anterior mandato y sin que fraguase ninguna propuesta novedosa.

Normalidad sin aspavientos

En otros concellos los cien días mostraron una continuidad en el trabajo ante la falta de cambios al frente del gobierno. En esa situación por ejemplo se encuentran Dozón, con el incombustible Adolfo Campos que vuelve a rascarse el bolsillo y da cien euros cada escolar que acude al colegio de la localidad. También ocurre lo mismo en Rodeiro con Luis López, ambos del PP, que ya activó gestiones en la Xunta para cuestiones como la depuradora y que encuentra en Unidade más crítica que en el PSOE.

Las «tranquilas» mayorías de Lalín, A Estrada y Silleda

Las mayorías absolutas son sinónimo de gestión «tranquila», aunque siempre con matices. En Lalín el PP retomaba el gobierno y lo hacía con un desembarco del alcalde, José Crespo, en distintas consellerías para abordar proyectos pendientes o plantear algunos nuevos. Hubo nuevos pasos para temas como el saneamiento, cuarta fase de Lalín 2000 o el centro integrado de salud. Y tuvo buenas sensaciones con la presidenta de la Diputación en una reciente reunión con temas relevantes sobre la mesa. Todo ello con un equipo de gobierno muy remozado, aún en proceso de adaptación, mientras la oposición incluso cuestiona de forma conjunta, con comunicados rubricados a dos manos por CxL y PSOE, con el BNG en su propia dinámica de fiscalización.

En A Estrada se mantiene velocidad de crucero, con recientes adjudicaciones o la apertura de la zona infantil de juegos en la alameda, mientras la oposición está iniciando mandato muy activa, principalmente PSOE y Móvete, con propuestas alternativas al PP. Y en Silleda se repite esa misma situación con el PSOE, inaugurando obras como la urbanización de Chousa Nova y la Diputación como principal aliada.

En Agolada saltaba una de las sorpresas en los comicios de mayo con la aplastante mayoría del Partido Anticorrupción y Justicia (PAYJ) de Luis Calvo. En una línea divergente de gobierno, próxima al populismo, decidió dar protagonismo a la sociedad civil por ejemplo en la cuantía a cobrar como regidor, con una asamblea abierta. Ya tuvo los primeros contactos con la Xunta en una tema sensible como la movilización de tierras o las parcelarias. Además, está pendiente de entrevistarse con la presidenta de la Diputación y la situación de Os Pendellos puede ser una cuestión a analizar. El PP, con cambios significativos de nombres, busca mientras encontrar la dinámica de oposición.

En Cerdedo-Cotobade avanzan proyectos ya en marcha del anterior mandato, como la residencia de ancianos, mientras Jorge Cubela ya mantuvo un encuentro con el presidente de la Xunta en busca de inversiones.